Por Bárbara Samaniego
19 febrero, 2015

Todo gracias a un experimento que prueba que la intimidad y la cercanía se pueden inducir.

El investigador de psicología social, Arthur Aron, ideó en 1997 un experimento social que pretendía generar amor. Distintos desconocidos debían agruparse en parejas y contestarse mutuamente 36 preguntas de carácter íntimo y personal. Luego debían mirarse a los ojos durante 4 minutos. Y el resultado fue sorprendente. Ahora, mira esta conmovedora versión actual:

httpv://youtu.be/TH6ljc1NAlg

Como ves, las preguntas empiezan inofensivamente, y poco a poco se vuelven más comprometedoras. El vínculo que se crea es fuerte y genuino. El estudio sugiere sobre todo que, si bien el amor no se puede inducir, se sabe que prospera donde hay intimidad y confianza, y estas dos condiciones sí se pueden procurar a través de un sencillo experimento. Muchos han querido probar el método en carne propia y puedes encontrar diferentes versiones del mismo: como este video de SoulPancake, o el artículo que Mandy Catron escribió para el New York Times. Incluso, puedes realizarlo tú mismo, siguiendo la lista de preguntas que aparece en este link.

¿Te animarías a intentarlo?