Lo que realmente se siente al vivir un año de bullying y un poco más

No sabes las consecuencias que esto puede causar en una persona.

Lee mi historia y piénsalo 2 veces antes de herir a alguien física o emocionalmente.

Estaba en segundo año de secundaria y tenía sólo 13 años cuando todo empezó. Primero fueron palabras, luego notas, insultos y luego… Golpes. Siempre fui una persona muy alegre y sonriente, pero encontrar notas en mi mesa y en mis cuadernos con un montón de obscenidades fue, poco a poco, disminuyendo mi sonrisa y mi alegría.

Para mi estar en clases era una pesadilla. Los profesores ya ni siquiera me llamaban al pasar la asistencia, sabían que yo estaba ahí, escondida. Faltaba a clases un día y era imposible conseguir los apuntes, puesto que nadie quería prestármelos. El profesor nos encargaba un trabajo grupal y tenía que entregar dinero para poder formar parte de un grupo. Por obvias razones yo aceptaba, pero siempre, un día antes de entregar el trabajo, la respuesta era la misma: “Ya no estás con nosotros, ya verás qué haces”. 

@sandra_gajarova

La verdad me dolía la agresión verbal y las cosas que decían, pero siempre trate de no prestarle atención… Hasta que la agresión se volvió física. Tenía moratones en mis rodillas, mi camisa siempre estaba sucia pues me tiraban cosas encima.

Todo eso me paso a mi, y te pido una cosa. Sé siempre amable con cualquier persona introvertida, pues tu simple amabilidad le alegrará el día. Ser insultada y humillada en público es realmente doloroso.

Todo eso me afectó de tal manera que dejé de comer, estaba deprimida y me sentía en completa soledad. El no comer me causó anemia, además, ya no hablaba, ya no reía y siempre inventaba excusas para no ir a clases. No puedo explicar cómo me dañó psicológicamente, pero es algo que sé que no podré olvidar. Se preguntarán “¡¿Por qué no los acusaste?! Nadie me presto atención. Ese año fue mi peor pesadilla y no se lo desearía jamás a nadie.

@sandra_gajarova

Pero una mano amiga me llevó a la luz y me iluminó con su forma de ser. Empecé a comer, a sonreír, a hablar, a verle el lado positivo a la vida. Por eso te digo: dale siempre una mano amiga a quien más lo necesite, porque puedes salvarle la vida. Ahora estoy en un nuevo colegio, han pasado 2 años y y las cosas mejoran. 

El daño que una sola persona puede causar es grande, estoy aprendiendo de esas experiencias. Muchas veces pensé en quitarme la vida, pero una simple sonrisa y que una persona fuese amable conmigo me daba inspiración para vivir. Y hoy puedo decir gracias: gracias a todos los que me golpearon e hirieron verbalmente/físicamente. Gracias a ustedes soy más fuerte. 

Si haces o hacías bullying, discúlpate con esa persona. Ahora.