Por Teresa Hechem
14 julio, 2015

Ahora puedo pensar en voz alta con más orgullo aún. 

Quienes se hablan a sí mismos saben que mucha gente puede pensar que están locos. Si ves a alguien en la calle que está hablando solo, muchos incluso pensarían que esa persona consumió alguna droga o está bajo los efectos del alcohol. Pero, en realidad, quienes hacen esto son unos genios.

Pensar en voz alta ayuda a materializar lo que se está pensando ya que le da sentido a las cosas. Y así se ha demostrado con reconocidas personas, como Albert Einsten: algunos archivos recalcan que él solía repetir sus oraciones en voz alta.

Un estudio hecho por los psicólogos Daniel Swigley y Gary Lupyan del Quarterly Journal of Experimental Psychology concluye que hablar solo es beneficioso. Por ejemplo, hicieron un experimento donde le pedían a 20 personas que buscaran en un supermercado una rebanada de pan o una manzana. Quienes recordaban la palabra en voz alta, encontraban con mayor rapidez el objeto.

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@Eddieseye

Ellos dicen que esto se debe a que decir las cosas en voz alta ayuda a que la memoria trabaje más rápido y hace las cosas más tangibles. Sin embargo, recalcan que este método solo ayuda cuando sabes lo que necesitas, si estás familiarizado con la apariencia del objeto. ¿Por qué? Porque activas las propiedades visuales de eso en tu cerebro y te ayuda a encontrarlas. Por otro lado, si no sabes cómo luce y lo dices en voz alta, lo único que conseguirás es confundirte más.

Las personas aprenden como un bebé o niño cuando hablan en voz alta. Necesitan escuchar sus propias voces para aprender cómo usarlas. Los expertos añaden que esta práctica ayudar a organizar los pensamientos y calmar los nervios. Estás siendo tu propio terapeuta ya que estás verbalizando tus propios problemas y ayudando al cerebro a resolverlos.

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@Eddieseye

Otro beneficio de esto es que te ayuda a cumplir tus metas porque centras tu atención, refuerzas el mensaje, controlas tus emociones y distracciones. Ayuda a poner las cosas en perspectiva y te motiva a lograrlas.

Quienes lo hacen se dan el tiempo de escuchar sus voces internas y no les importa expresarlas en voz alta. Y… Ahora lo harán con más orgullo que nunca.