“No importa lo que digan, ella es mi pequeña niña y cada día le diré lo hermosa que es”.
Hace 5 años, Vicky conoció a Simon Moore en clases de señas. Ella no pretendía enamorarse, pero no lo consiguió. Simon tiene el Síndrome de Treacher Collins, el cual se caracteriza por deformidades craneo-faciales como ausencia de pómulos y ojos oblicuos hacia abajo. Nada de eso fue impedimento para su amor. Ellos decidieron tener un hijo juntos, pero la gente se ha burlado del parecido físico que tiene la pequeña con su padre:
httpv://youtu.be/jMMgwg5M4BU
Juntos se sometieron a un procedimiento de fertilización y debieron ir, antes de tomar la decisión y durante un año y medio, a consultorías sobre genética. Ellos sabían que si el bebé tenía el gen, no había garantía alguna sobre qué tan malo sería. Podría haber nacido con problemas para oír o sin rostro alguno… Vicky aseguró que a ella no le importaba si su bebé tenía el Síndrome porque “Simon tiene el clásico caso y es una persona increíble”.
La pareja tuvo a la pequeña Alice quien, efectivamente, nació con el Síndrome Treacher Collins. A pesar de que su caso es menor que el de su padre, sí tiene que usar ayuda para escuchar y su rostro presenta un poco de deformación. Ambos padres han tenido que sufrir con la crueldad de la gente que critica y apunta con el dedo a su hija. Pero su padre dice: “Yo nunca quise que Alice no tuviera el Síndrome. Yo crecí con todos los problemas y complicaciones que este conlleva y no me molestaba que mi hija naciera con este. Todos sabíamos que si lo tenía, ella estaría rodeada de gente que la amaría pese a cualquier cosa. No hay nada tan especial en este planeta como Alice. No importa lo que digan, ella cambió mi vida. No hay dudas sobre eso. Ella es mi pequeña niña y cada día le diré lo hermosa que es”.