Por Simona Villela
17 febrero, 2014

Cuando Erin Loechner dio a luz a su hermosa hija, decidió hacerlo de la manera más singular. En vez de dirigirse a un hospital lleno de gente, lleno de infecciones y ruido, decidió tener un parto en casa. Fue una aventura agotadora y desafiante que duró dos días completos. Ella no tomó la epidural ni ningún otro medicamento dañino. Valientemente, luchó contra el dolor.

Dar la bienvenida a un bebé en un hogar cálido, y lleno de amor es una idea maravillosa. Su amigo y fotógrafo, Betsy King, capturó todos estos momentos de gran manera..

Las contracciones comenzaron a las 8 de am.

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Su marido fue su apoyo, él la ayudó a superar los momentos difíciles.

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Pronto se dio cuenta de que el sofá era el lugar más cómodo.

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Después de un intento fallido de caminar, Erin se recuperó.

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Cada contracción fue dura, pero valió la pena.

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Su marido la ayudó para que pudiera descansar

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Moverse a través de la casa fue un reto

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Incluso con dolor, habían sonrisas compartidas

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Tiempo para un baño !

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Después de un gran esfuerzo lo lograron!

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Los orgullosos padres estaban llenos de asombro.

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Felicidades, mamá y papá !

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