Cuando Erin Loechner dio a luz a su hermosa hija, decidió hacerlo de la manera más singular. En vez de dirigirse a un hospital lleno de gente, lleno de infecciones y ruido, decidió tener un parto en casa. Fue una aventura agotadora y desafiante que duró dos días completos. Ella no tomó la epidural ni ningún otro medicamento dañino. Valientemente, luchó contra el dolor.
Dar la bienvenida a un bebé en un hogar cálido, y lleno de amor es una idea maravillosa. Su amigo y fotógrafo, Betsy King, capturó todos estos momentos de gran manera..
Las contracciones comenzaron a las 8 de am.
Su marido fue su apoyo, él la ayudó a superar los momentos difíciles.
Pronto se dio cuenta de que el sofá era el lugar más cómodo.
Después de un intento fallido de caminar, Erin se recuperó.
Cada contracción fue dura, pero valió la pena.
Su marido la ayudó para que pudiera descansar
Moverse a través de la casa fue un reto
Incluso con dolor, habían sonrisas compartidas
Tiempo para un baño !
Después de un gran esfuerzo lo lograron!
Los orgullosos padres estaban llenos de asombro.
Felicidades, mamá y papá !
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