Después de 17 años de andar con maquillaje todos los días de mi vida, quería ver lo que sucedería si lo dejaba de usar.
Creo que hay un montón de suposiciones acerca de las personas que usan maquillaje, que son inseguros y vanidosos. Pero esa no ha sido mi experiencia con el maquillaje. En todo caso, el maquillaje me da confianza.
He utilizado maquillaje casi todos los días de mi vida desde que tenía 12 años. Y vengo de un hogar en el que ponerse maquillaje es sólo una parte de la rutina diaria. De hecho, no estoy segura de haber visto a mi madre salir de la casa sin el suyo.
Es por eso que quería ver lo que sería andar una semana sin usarlo. Después de 17 años de ponerme productos todos los días, quería saber si mi confianza perduraría sin él.
Lo que me di cuenta fue que mientras estaba supremamente incómoda durante la primera mitad de la semana, aprendí mucho más sobre mí misma de lo que esperaba. Estas son las lecciones que salieron de este reto:
Día 1: Me enteré de lo incómoda que me siento con mi propio rostro al descubierto.
No puedo decirles cuántas selfies me tomé hasta que llegué a esta para publicarla en Instagram. Y lo mucho que intenté con mi pelo, tratar de ocultar un horrible grano que me estaba saliendo. Me sentí muy aliviada cuando la gente escribía y me decía lo bien que me veía sin maquillaje, pero en realidad no les creí en ese momento.
No me considero una persona insegura, o por lo menos no lo soy cuando estoy usando maquillaje. Fue una sorpresa sentirme cohibida durante todo el día en el trabajo, porque no es un sentimiento al que estoy acostumbrada. Mis compañeros de trabajo me dijeron lo bien que me veía, y que mi piel era hermosa. En ese momento, yo estaba convencida de que me estaban mintiendo para hacerme sentir mejor y también estaba convencida que todo el mundo me miraba, y analizaban cada centímetro de mi piel.
Además, el no llevar maquillaje puede que me haya hecho ser MÁS accesible a los demás.
No sé de qué otra manera decirlo, pero me coquetearon aún más cuando no llevaba maquillaje, lo que era muy confuso para mí. En el primer día del desafío, fui a un partido y estaba muy sorprendida cuando hombres que no conocía intentaban entablar conversaciones. Esto no me suele ocurrir a mí. Tal vez fue que estaba desprevenida, o el no usar maquillaje quizás me hacía ver… ¿más accesible? No tengo ni idea, pero no me hizo sentir más segura tampoco.
Día 2: Me di cuenta que no llevar maquillaje me daba un montón de tiempo para dormir.
Tenía tanto tiempo libre que me acosté una hora extra. UNA HORA. No me toma una hora para maquillarme en la mañana, pero tiendo a darme vueltas alrededor del cuarto de baño mientras lo hago. Me hago un café, y me aplico un poco de máscara de pestañas. Me tomo mi desayuno y aplico el polvo y el rubor. Sin hacer todo eso pude DORMIR. ¡Dormí un montón, fue una delicia!
Día 3: Me salió un grano, y descubrí que andar sin maquillaje requiere de mucha valentía.
Cuando me salen espinillas, siempre me las cubro. Me aplico una primera base de fundación, a continuación, el corrector, a veces una SEGUNDA capa de corrector, y si fuera por mi, un poco de polvo de fijación de modo que ninguna de ellas se mueve. (Para que el mundo sepa de mi aflicción).
Cuando no usas maquillaje, miras fijamente dicho grano, te lamentas, y luego tratas de ocultarlo con tu cabello. Nadie se deja engañar; hay un grano parpadeando detrás de todo ese pelo.
No tener maquillaje para ocultar este tipo de sucesos es en realidad bastante miedoso, y para sentirte BIEN acerca de eso, es realmente un acto de valentía. No me sentía valiente aquel día, pero creo que cualquier persona que elige mostrar su cara al descubierto a todo el mundo, con defectos y todo, merece una maldita medalla. Eso es todo lo que tengo que decir.
El día 3 fue también el día en el que alguien me dijo lo peor del mundo.
Y esto fue: “Te ves cansada.”
¡No vuelvas a decirle eso a alguien! Es muy doloroso y definitivamente no es algo bueno!
Día 4: No usar maquillaje hizo que me importara menos mi apariencia en general.
El grano estaba todavía ahí, como eres capaz de deducirlo de la foto de arriba. Y decidí que para realmente medir mi comodidad, me gustaría salir al mundo y ver cómo reaccionaban los extraños hacia mí. Claro, mis amigos tuvieron la amabilidad de apoyarme, pero yo quería ver cómo reaccionaban los demás.
Salí a comer, y me dediqué a mirar a todo el mundo a los ojos, tratando de leer sus pensamientos. No estoy segura de lo que esperaba. Nadie se encogió, nadie miraba para otro lado. Ellos sólo miraban. Sin embargo, la gente parecía menos amable conmigo mientras pasaba por ahí. Nadie sostuvo una puerta abierta, y cuando alguien tropezó conmigo, ni siquiera dijo “disculpa”. No estoy totalmente segura si eso era sólo una coincidencia, o el resultado de no usar maquillaje.
Día 5: Cuando mi novio me hizo sentir linda, a pesar de que nadie más podía.
ODIO que tuviera que llegar mi novio a casa de un viaje de trabajo para hacerme sentir bien conmigo misma. Odio escribir eso. Pero le dije que no llevaba maquillaje, y lo primero que hizo fue decirme “te ves increíble, tal vez no deberías usar maquillaje todos los días.”
Me hizo sentir mejor que nunca durante esa semana. Creo que es porque yo siempre confío en su juicio. Al igual, me encontré a mi mamá cuando estuvo en la ciudad y me dijo lo mismo, y confié en ella también. Independientemente, realmente me sentía bastante bien, sólo siendo yo misma. Y dejé de pensar en el hecho de que estaba sin arreglarme todo ese día. Me relajé y sólo seguí haciendo mis cosas.
Día 6: Este fue el primer día en que comencé a apreciar mis “defectos”.
No sé por qué siempre he sentido que mis pecas eran un defecto. (¿Puedo culpar a los medios de comunicación? ¡Quizás si!). Los medios de comunicación no siempre muestran un gran amor a las pelirrojas con rostros pecosos y pálidos, y cuando yo crecía no tenía a nadie que se pareciera a mí en la televisión. Me acuerdo de ver La Sirenita cuando era pequeña, pero a pesar de que tenía el pelo rojo, su piel era perfecta. No tenía ni una sola peca a la vista.
Por lo general, me cubro todas mis pecas con base. Pero como no llevaba maquillaje, tenía que mirarlas todos los días. Para ser honesta, me costó mucho mirarlas inicialmente. Simplemente las sentía como algo que quería ocultar a. El día 6, sin embargo, eso cambió. No estoy exactamente segura de por qué, pero me miré por primera vez y me hicieron sentir feliz. Parecían combinar con mi pelo rojo y mi piel pálida. Mis ligeras cejas incluso tenían sentido si se combinaban con un toque de pecas. Fue… un alivio. Aprender a apreciarlas y realmente verlas por primera vez como algo lindo en mí, me ha cambiado demasiado: ya no cubro mis pecas con base.
Día 7: El día que me di cuenta de que REALMENTE el maquillaje puede ser completamente subjetivo.
Fui a desayunar con una amiga en mi último día sin maquillaje. Yo estaba nerviosa por ello, ya que fuimos a un lugar que estaba en un barrio de moda, y probablemente me encontraría con un montón de gente bonita.
Le dije a mi amiga que todavía no aplicaba nada a mi rostro, y ella me dijo: “Pero estás usando máscara de pestañas, ¿o no?”. No me había puesto, pero ella pensaba que si. Eso me hizo preguntarme a mi misma si nuestra apariencia se trata en realidad más sobre cómo nosotros personalmente, nos sentimos sobre nosotros mismos. Y mi hermosa compañera de trabajo, Leonora Epstein, también señaló que puede que asumamos que todas las personas que vemos usan maquillaje, porque es algo que a estas alturas todo el mundo hace.
El maquillaje es algo que realmente me gusta usar. Me hace sentir poderosa, de la misma manera que un buen par de jeans me pueden dar confianza, o un maravilloso día de tratamiento para el pelo. Pero al final, en realidad no tiene mucho efecto en las personas que me rodean, en la manera que yo siempre pensé que tenía. En realidad se trata de cómo tu, como persona, te presentas a los demás, lo que va a cambiar la manera de como la gente te trata, y no de lo que te pones en tu rostro.
Yo creo que nunca voy a dejar de usar maquillaje por completo. Dicho esto, ya han pasado dos semanas desde el reto y estoy usando mucho menos maquillaje. Desde el reto, incluso he ido a trabajar un par de veces totalmente sin nada.
Aquí estoy yo sin maquillaje, y yo con maquillaje.
Así que realizar este desafío en realidad ayudó a darme cuenta de algunas cosas.
1. No necesito usar maquillaje todos los días. Especialmente si quiero dormir más tiempo, o simplemente por sentir que no quiera hacerlo ese día.
2. En realidad, yo no me veo diferente sin maquillaje. Quiero decir, tal vez un poco diferente, pero la mayoría de eso, estaba en mi cabeza.
3. Mientras estés segura de ti misma, con o sin maquillaje, la gente te tratará exactamente de la misma manera.
4. No usar maquillaje necesita de mucho coraje, y estoy feliz de decir que ahora me siento mucho más cómoda al no llevar nada en mi cara. (Aparte de mi rostro real, por supuesto.)