Por Josefa Del Real
30 enero, 2015

Donar médula no es peligroso. Que nadie lo haga, sí.

“Hay que soplar muy fuerte para que no te duelan los pinchazos. Me ponen la tirita para que no se vaya la sangre… Y listo”. Así explica Daniel, un niño de cuatro años con leucemia, el proceso de donación de médula ósea:

httpv://youtu.be/xEcFzeQj6b8

El vídeo fue grabado por un grupo de voluntarios de Unidos por la Médula, que buscan demostrar de manera creíble que donar médula no duele y que no hay que tener miedo a hacerlo, porque puede salvar la vida de muchas personas. Daniel, enfermo desde los 2 años, es el protagonista del vídeo y coopera en esta campaña para aumentar el número de donantes. Y es que apenas uno de cada cuatro pacientes que precisa un trasplante tiene un donante familiar; para el resto, la donación a partir de un donante no emparentado es la única oportunidad de vida y posibilidad de curación.

“Queremos llegar al mayor número de personas para que este mensaje llegue muy lejos y logremos médula para todos”, explican desde Unidos por la Médula. Así es que ya sabes, si quieres ayudarlos, puedes partir por compartir la información.