Por Álvaro Valenzuela
24 julio, 2015

No conocía su historia y me pareció increíble.

Muchos conocen la historia de Oskar Schindler el empresario alemán que salvó la vida de 1200 judíos en la Segunda Guerra Mundial y que inspiró a la película “La lista de Schindler” pero pocos conocen a Chiune Sugihara.

Este japonés salvó la vida de aproximadamente 6000 personas y su historia es increíble.

Él era vicecónsul de Japón en Kaunas, Lituania en 1940 cuando la Unión Soviética tomó posesión de este territorio. Muchos judíos refugiados de Polonia y también muchos lituanos intentaron adquirir visas para huir hacia Japón ya que sin estos documentos era muy peligroso viajar.

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Justo en ese entonces el gobierno japonés siguió una política oficialmente neutral hacia los judíos, pero exigió que los visados fueran expedidos solamente a los que hubieran cumplido con los procedimientos apropiados de inmigración y tuviesen abundantes fondos. La mayoría de los refugiados no satisfacían estos criterios y la gente estaba desesperada por huir. Sugihara intentó convencer a sus jefes que le facilitarán las visas a la pero no cedieron.

Por eso, entre el 31 de julio y el 28 de agosto de 1940, comenzó a conceder visados por su propia iniciativa, después de consultarlo con su esposa. No hizo caso de los requisitos y arregló a judíos con un visas de diez días para transitar a través de Japón, violando sus ordenes. Y lo más increíble es que el hacía los documentos a mano, pasando entre 18 y 20 horas al día trabajando en ellos. Produjo aproximadamente las visas de un mes de trabajo por día.

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Pasó el tiempo y Sugihara sirvió en varios países hasta que terminó la guerra. En 1947 el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón le pidió que renunciara a su cargo diplomático. Algunas fuentes, incluyendo su esposa Yukiko Sugihara, han dicho que fue despedido debido al incidente en Lituania. Cuando le preguntaron porqué arriesgó su carrera para salvar a la gente, él dijo un viejo refrán samurai: “El buen cazador no puede matar a un pájaro cuando este vuela a él en busca de refugio”.

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Una vez que estaba fuera del trabajo diplomático Sugihara tomó un bajo perfil y trabajó en diferentes empleos para  mantener a su familia. Recién en 1985 recibió el honor el “Justo entre las Naciones” por el gobierno de Israel. Él estaba demasiado enfermo para viajar así que su esposa e hijo aceptaron el honor en su favor. Les dieron a todos sus descendientes ciudadanía israelí perpetua. También en la ciudad de Los Ángeles, EE.UU, en el barrio de “Little Tokio”, hicieron una estatua en su honor en la que aparece tomando una visa (foto). En su país se han hecho películas, documentales y programas de televisión acerca de su vida sin embargo poco se sabe de él alrededor del mundo.

¿Conocías su historia?