Las ratas son más humanas de lo que parece.
A la mayoría de las personas no les gustan las ratas. A unos les dan miedo, a otros asco… Pero lo cierto es que están presentes en nuestras ciudades y debemos convivir con ellas a diario. Esto es algo que pasó en el metro de Nueva York, por ejemplo:
Pero a pesar del odio que les podamos tener no significa que sean malas. De hecho, unos científicos comprobaron a través de un experimento que las ratas son muy empáticas y se preocupan mucho por las otras ratas. ¿Cómo lo comprobaron? Pusieron a una rata en un lugar con agua (las ratas odian el agua) y otra a salvo. Sin pensarlo mucho, la rata segura ayudó a la mojada a salir de su trampa.
httpv://youtu.be/MBdxfmls1ew
Después de este experimento los científicos hicieron una nueva prueba. Esta vez le pusieron comida a la rata a salvo para estimularla a no ayudar a su amiga mojada. Pero según los resultados de esta prueba, en la mayoría de los casos las ratas ayudaban primero a la otra rata en vez de ir primero por la comida. Según los científicos, esto comprueba que las ratas se preocupan por ellas antes que por la comida y esta conducta está presente en su ADN.
¿Por qué esto nos debería alegrar?
Pues muchas veces se argumenta que los humanos son inherentemente egoístas, que sin una guía adecuada todos mataríamos o robaríamos, que solo nos ayudaríamos los unos a los otros si eso nos reportara algún beneficio… Pero en realidad, si las ratas muestran conductas tan altruistas sin siquiera un condicionamiento previo, podríamos pensar que la caridad no es una conducta adquirida, sino que innata, propia de los seres vivos…
Quizá tenemos más en común con los animales de lo que creemos.
¿Estará la bondad afianzada en nuestra genética?