Una historia muy triste que podría haber tenido otro final.
La historia de Quinten Douglas es increíble. Es un cuento de abuso horroroso y un fracaso de autoridades estatales. Pero también es una historia de amor verdadero. La historia comienza cuando hace 9 años atrás, la hermana de Quentin conoció a su padre biológico que resultó ser que él tenía dos hijos pequeños de 6 y 7 años. En ese entonces ella tenía 19.
Robyn Cheski
A los 3 días de haberlos conocido, su padre le pidió que se hiciera responsable de Cameron y Quentin, quien nació con una anomalía cromosómica rara que lo dejó incapaz de caminar, hablar o cuidar por sí mismo. Pero él era el niño más feliz, nunca lloraba ni se quejaba. Y a pesar de que Cameron era el hermano menor, él era el guardaespaldas y protector número uno de su hermano.
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Su preocupación era tanta que lo tuvieron que sacar de la escuela pública y que estudiara en su casa porque no podía estar tranquilo sabiendo que su hermano estaba en la casa solo.
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Después de que su hermana estuvo 4 años cuidándolos, decidió llamar a su padre porque a pesar de que él le daba un poco de dinero, no era suficiente y tampoco tenía mucho tiempo por lo que los fue a dejar al aeropuerto para que se juntaran con su padre y él los siguiera cuidando.
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Pero lamentablemente, la hermana no sabía lo que sucedería. A medida de que pasaba el tiempo, la chica se empezó a dar cuenta de que Quentin estaba muy pálido, flaco y ya no era feliz como antes. Ella empezó a visitarlos más seguido y notó que todo estaba desordenado y sucio, que no había comida y las cosas no estaban funcionando bien.
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El padre no se estaba preocupando de sus hijos y estaba abusando física y emocionalmente a Cameron. Su hermana decidió demandarlo y le prometieron que una trabajadora del servicio de protección de los niños iría a ver la situación para sacar a los niños de ahí. Pasaron muchos días y nadie llegaba a supervisar. La hermana llamó de nuevo y solo le decían que tuviera paciencia y que si ella se los llevaba la acusarían de secuestro y no podría ver más a los niños.
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Nadie llegaba y la hermana no podía hacer nada. Uno de esos días Quentin se enfermó gravemente. Todos le rogaban que lo llevara al hospital, pero no hacía caso. La hermana decidió ir de todas maneras al otro día y sacarlos de la casa aunque eso significara consecuencias.
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Pero a la mañana siguiente, Quentin había fallecido del brazo de su hermano. Cuando llegaron los paramédicos, dijeron que el chico estaba muerto desde hace 3 horas. Quentin murió en este sillón que está impregnado de orina y siempre tiene mal olor y está mojado.
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Y cuando estaban esperando a los paramédicos, el padre le pidió a Cameron que cambiara el pañal de su hermano para que nadie se diera cuenta de que estaba sucio.
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La hermana está haciendo todo lo posible para que se haga justicia y su padre sea condenado. Al igual que las autoridades que no hicieron nada para ir a rescatar a estos pequeños. Ella hizo una petición por internet donde más de medio millón de personas han firmado. Y, sorprendentemente su padre fue condenado por dos casos de negligencia infantil. La trabajadora del servicio de protector a menores fue despedida y el estado de Oklahoma agregó un nuevo artículo a su constitución: “El acto de Quentin Douglas: Ahora es una obligación legal priorizar los casos de niños con discapacidad”