Incluso, cuesta creer que sean hermanas.
La expresión genética es uno de los procesos biológicos más fascinantes de todos. Y aunque sabemos que generalmente funciona al azar, tendemos a asumir ciertas cosas: los niños se verán como una mezcla entre sus padres y los hermanos serán relativamente similares entre sí. Pero en realidad, no siempre así.
Ejemplo de ello son las hermanas Aylmer. Lucy tiene la piel blanca con pecas, un largo pelo rojizo y grandes ojos azules. ¿Y María? Ella tiene abundantes rizos negros, piel color caramelo y ojos de color marrón oscuro:
¡Y son mellizas biológicas! Increíble, verdad?
Las características casi opuestas de las niñas se explican en la raza de sus padres: Donna tiene raíces jamaicanas, mientras que Vince es blanco. Lucy y María, de 18 años, son los más jóvenes de la familia Aylmer, constituida también por George (23 años), Chynna (22) y Jordan (21). Puedes ver a la familia casi completa aquí.
Nuestros hermanos tienen la piel de un color intermedio entre María y yo, que estamos en los extremos opuestos del espectro –Lucy explica- Nadie cree que somos gemelas. La mayoría de los gemelas se ven como dos guisantes en una vaina, pero nosotras no habríamos podido vernos más diferente aunque lo intentáramos. Incluso, no parecemos haber tenido los mismos padres, y mucho menos haber nacido al mismo tiempo.
Como es común con los gemelos, sus personalidades son muy diferentes también. Lucy se describe como tímida, y estudia arte y diseño en Gloucester College, mientras que la aplicada María estudia derecho en la Universidad de Cheltenham. Aunque alguna vez hubo inconvenientes (cuando pequeñas, lamentaban no poder intercambiar identidades y confundir a la gente) cada una de ellas ama su única y especial hermandad.
Y hacen bien: no hay nada tan hermoso como lo inesperado.