Estás equivocado cuando piensas que ya no puedes cambiar el mundo

¡Qué increíble la historia del grupo “Las Patronas” de México!

De niños soñábamos con hacer de este mundo algo mejor. Sin embargo, conforme crecemos los sueños disminuyen o desaparecen, e incluso llegamos a un punto en el cual somos escépticos al cambio y pensamos “No hay nada que se pueda hacer en este país tan corrupto”. 

Y cuando piensas que ya no puedes hacer nada más porque la violencia, corrupción e impunidad están en cada calle y casa de México, aparecen “Las Patronas”, para demostrarte que no tienes que irte a África para ser un buen samaritano. No tienes que poseer excesivas cantidades de dinero para donar, solamente debes simpatizar con el migrante, el desempleado, las personas sin hogar, huérfanos u enfermos.

“Las Patronas”, son un grupo de mujeres campesinas que se encuentran en La Patrona, Veracruz. En este lugar, el tren “La Bestia” hace un recorrido desde América Central hasta Estados Unidos. Sus techos van llenos de personas. Pero, no son aventureros en busca de una experiencia; son migrantes que van con el sueño de encontrar trabajo en Estados Unidos, con la esperanza de sobrevivir este trayecto, el cual para muchos es mortal.

Un día, las hermanas Romero Vázquez caminaban con sus cajas de leche y comida para la hora de comer, cerca de las vías del tren cuando “La Bestia” pasó. Fue ahí cuando empezaron a escuchar y ver a mucha gente que les decía, “¡Tenemos hambre!”. Las hermanas aventaron su comida hacia ellos, y fue ahí cuando se dieron cuenta de las terribles circunstancias que estos migrantes vivían hasta llegar a su destino. De ahí nació esta organización de mujeres, que al día empacan agua, frijoles y arroz en bolsas y salen a repartir cuando “La Bestia” está por llegar.

“Las Patronas” viven en una zona de México muy peligrosa y con bajos recursos y a pesar de sus condiciones, cada día salen a repartir y salvar vidas. Un acto que empezó como si nada se ha convertido en un acto de compasión, solidaridad y activismo.

Los restos de comida que normalmente tiramos a la basura porque “ya nadie va a comer más,” pueden convertirse en una porción que cambiará el rumbo del día a ciertas personas. Recordemos que no es necesario viajar para ayudar, nuestras comunidades, por más afortunadas que sean, siempre van a tener a miembros que van a agradecer la ayuda que les ofrezcamos.

Seamos “Las Patronas o Los Patrones” de nuestras comunidades, ofrezcamos lo que para nosotros significa “poco o nada”, que para otros lo será todo.