Alana Saarinen es una de las pocas personas en el mundo que posee, biológicamente hablando, 3 padres: 2 madres y 1 padre.
No es que su concepción haya sido resultado de algún extraño experimento de ingeniería genética, sino de tratamiento para la infertilidad que actualmente no es permitido. Sus padres deseaban tener una hija, pero la madre tenía problemas para quedar embarazada; había estado tratando de concebir a través de diferentes procesos de fertilización in vitro durante 10 años. Como último recurso, la madre de Alana fue al Instituto San Bernabé, en Nueva Jersey, Estados Unidos. Este centro fue pionero durante la década de 1990 en un procedimiento llamado transferencia citoplasmática, o de mitocondrias.
Las mitocondrias son estructuras celulares encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad y respiración celular. Las mitocondrias se encuentran contenidas en el citoplasma, y tienen su propio genoma: se estima que el genoma humano tiene unos 30.000 genes; todos menos 37 de ellos se encuentran en el genoma nuclear, mientras que el resto se encuentran en el genoma mitocondrial. En ese sentido, las mitocondrias poseen parte del ADN de una persona.
El ADN mitocondrial solo se transmite desde la madre, probablemente porque los óvulos contienen muchas más moléculas de este ADN que los espermatozoides. En el instituto de San Bernabé, pensaban que era probable que la incapacidad para concebir de la madre fuese consecuencia de ciertas mitocondrias defectuosas. Los doctores decidieron probar un procedimiento bastante novedoso: intercambiar parte del citoplasma de su óvulo, con el de un donante que aportara su genoma. Parte de las células de una donante se transfirieron al óvulo fecundado de la mujer. En consecuencia, Alana fue concebida con 3 aportes genéticos distintos: el de la pareja, y el de la donante.
17 bebés nacieron como resultado de la transferencia citoplasmática en esta clínica, pero se expresaron ciertas preocupaciones; como la de una mujer que experimentó un aborto involuntario, un bebé que nació con un cromosoma X faltante y otros dos niños que nacieron con trastornos de desarrollo. Sin embargo, es difícil comprobar que estos problemas hayan surgido debido al procedimiento. Extensos exámenes permitieron examinar la seguridad del reemplazo mitocondrial. Así, las autoridades de Fertilización Humana y Embriología del Reino Unido concluyeron que el procedimiento no podía ser calificado como “inseguro”. Actualmente, su aprobación en el Reino Unido es cuestión de intenso debate. A algunos les preocupa que legalizar el procedimiento conduzca, eventualmente, a un sistema en el cual los padres “diseñen” a sus bebés, según preferencias genéticas. Otros han planteado ciertos problemas de seguridad, amparándose en determinados estudios en animales que produjeron alteraciones en las habilidades cognitivas y en los patrones de envejecimiento. Sin embargo, se ha argumentado que los estudios eran inválidos, porque se llevaron a cabo en animales consanguíneos. Además, la sustitución mitocondrial se ha examinado a un grado mucho mayor que otras técnicas de reproducción asistida que son ampliamente utilizadas, por lo que las precauciones parecen extremas.
Una variedad de enfermedades pueden deberse a la presencia de mitocondrias defectuosas; estas afectan principalmente a las células del cerebro, el corazón, los músculos y el sistema respiratorio. Las enfermedades varían en su gravedad dependiendo principalmente del tejido al que estén afectando, pero en general son muy debilitantes y a menudo fatales. Es por esto que el Reino Unido está considerando la legalización del reemplazo mitocondrial para prevenir la transmisión de estas enfermedades. Porque si bien es posible mejorar la calidad de vidas de quienes las sufren, estas son, por el momento, incurables. La aprobación de este procedimiento, por lo tanto, podría ayudar a unas 5.000 personas en el Reino Unido, afectadas por este defecto mitocondrial.
Visto en: iflscience