Paul Nicklen trabajó en la Antártica para el National Geographic.

Él es Paul Nicklen, un biólogo y fotógrafo canadiense de 46 años de edad:

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Trabaja para el National Geographic, y se ha hecho conocido por algunas obras tan hermosas e impactantes como estas:

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Pero cuando a Paul le solicitaron viajar a la Antártica para capturar escenas de la vida salvaje, fue cuando vivió la experiencia más importante de su carrera como fotógrafo.

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Y es que el encuentro cara a cara con un leopardo marino, uno de los animales más letales de las aguas antárticas, no es algo que ocurra todos los días…

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Los leopardos marinos pueden llegar a pesar 500 kilogramos y son extremadamente rápidos. Son animales agresivos, solitarios, y constituyen el principal depredador del pingüino emperador.

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Paul aguardó, temblando, algún tipo de reacción. El animal se veía enojado e inquieto… Probablemente, el fotógrafo temió por su vida.

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Pero su sorpresa fue enorme cuando este, en vez de atacarlo, le ofreció comida. Recién cazada, claro:

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El leopardo comenzó a lanzarle pingüinos, en un intento por lograr que el fotógrafo comiera algo de alimento.

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Afortunadamente, Paul se negó. Puedes revisar la historia completa a continuación:

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¿La aparente explicación? El animal intuyó que Paul era un depredador inservible, incapaz de cazar su propia comida, y temió que muriera de hambre. Durante los 4 días que interactuaron, el atento leopardo marino no dejó de arrojarle pingüinos para que él se alimentara.

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