Por Teresa Hechem
4 mayo, 2015

Esto es dolorosamente injusto. 

Este video está destinado a mostrarnos la hipocresía con que algunos medios de prensa hablan del comportamiento criminal de las comunidades negras y blancas:

httpv://youtu.be/ifnSoAjTGIU

Según datos criminales de justicia, los afroamericanos e hispanos juntos comprenden el 58% de los prisioneros de Estados Unidos, a pesar de que ellos representan aproximadamente una cuarta parte de la población estadounidense. No es ningún secreto que la delincuencia tiende a ser más frecuente en las comunidades empobrecidas. Sería bueno pensar que todo el mundo tiene el mismo acceso a puestos de trabajo, vivienda y educación, pero la realidad es que mucha gente de color termina en comunidades de bajos recursos como resultado del racismo.

A lo largo de la historia, las personas negras de Estados Unidos han sido excluidas de las comunidades con buenas escuelas y puestos de trabajo. Desde la década de 1800 que prohibían que se les rentaran propiedades a las familias de color, hasta el 1960 cuando se instituyó una política que negaba préstamos para vivienda a los afroamericanos e incluso a personas que vivían cerca de ellos.

Lamentablemente esta discriminación todavía se puede sentir en algunos aspectos. Franchesca Ramsey hizo un análisis sobre este video y comentó que los medios suelen ser muy sesgados a la hora de cubrir crímenes que involucran a personas de color. Generalmente el historial que se da a conocer de una persona negra que cometió un crimen es mucho más duro en su descripción versus los delitos que desencadena una persona blanca. Ella cree que hay un serio problema cuando se define a los estudiantes blancos que hacen destrozos como “escandalosos y rebeldes” mientras que a los estudiantes negros que se les cataloga de “matones violentos”. 

El punto es que no hay ninguna razón lógica para que los medios de comunicación enmarquen a los sospechosos blancos con simpatía y muestren a los negros como demonios. No es solamente dolorosamente injusto, sino que es una pantalla brutal sobre los prejuicios sociales.