Ojalá todos pudiésemos contar con un amigo que nos cambie la vida de esta forma…
Misao es una anciana de 87 años que vive en una localidad rural de Japón. Un día encontró una gata extraviada en la calle, decidió alimentarla, llevarla a su casa y empezar a cuidarla. La nombró Fukumaru y desde ese momento son inseparables. Las fotos lo demuestran, capturan momentos de su amistad y vida cotidiana, de manera que la acción más simple, parezca algo digno de ser recordado.
¿La mejor parte de estas fotos? La nieta de Misao, es la fotógrafa y su opinión sobre ella es muy interesante: “Cuando veo a mi abuela viviendo su vida, sé que hay detalles extraños que mi generación no podría entender. Ella se levanta con el sol y se va a la cama cuando oscurece. Ella ama a su gata y los vegetales de su campo como si fueran sus propios hijos. Si sus vegetales van bien, ella está feliz. No le preocupan temas como ¿cuál es el punto de tu trabajo?. Su forma de ver la vida me genera admiración e incluso, un poco de envidia“.
Ve la galería de fotos que realizó Ahira Miyoko, su nieta, a continuación: