Por Ignacio Rojas
8 septiembre, 2014

Por 25 años, dos mujeres vivieron en continentes separados sin tener idea que en realidad había una persona que compartía sus mismos genes y… una misma cara. Cuando una contactó a la otra, impresionante es poco lo que pasó.

httpv://youtu.be/-mE6oc1WS9U

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