Por Elvira Vergara
10 julio, 2015

¡Me gusta que se mantengan ciertas tradiciones!

Aunque nos parezca extraño, el éxito de los cuadernos de papel ha crecido a la par con la revolución digital. De hecho, la venta de los cuadernillos italianos Moleskin ha ido en un constante crecimiento. Hace algún tiempo la empresa realizó un estudio de mercado y llegaron a una curiosa conclusión: existía una correlación directa entre las ventas de sus pequeños cuadernos y la proximidad a una tienda Apple.

Según el presidente ejecutivo de Moleskine, Arrigo Berni, sus clientes “no son personas que se aferran al papel con un sentimiento de nostalgia, sino más bien, son personas que utilizan dispositivos digitales a la par del papel”. Se dice que vivimos en un mundo cada vez más digital, pero todavía hay “una necesidad de experiencia física y emocional, que los dispositivos digitales y la tecnología no siempre puede proporcionar”, dice Berni.

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Pam Mueller era asistente de enseñanza en una clase de introducción a la psicología de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), y un día se le olvidó llevar su computador portátil.  Pam tuvo que tomar notas de la manera tradicional: con lápiz y papel, y después de la clase pensó que había aprendido mucho más de la cátedra ese día. Ella le comentó esto a su profesor Daniel Oppenheimer, y él le mencionó que había tenido una experiencia similar. En una reunión de la facultad, estaba tomando notas en su computador, cuando se dio cuenta que no tenía idea sobre lo que estaba escribiendo.

Oppenheimer y Mueller se preguntaron si había algo en el papel o la escritura que explicara este fenómeno, por lo que llevaron a cabo un experimento:

Le pidieron a 50 estudiantes que asistieran a una conferencia. La mitad de los asistentes tomó nota en computador y la otra mitad utilizó cuaderno y lápiz. Al final de la clase se les hizo una prueba de comprensión a todos los alumnos.

¿El resultado?

Los estudiantes que utilizaron papel obtuvieron resultados significativamente más altos en comparación a los que ocuparon ordenadores portátiles.

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Mueller atribuye este inesperado hallazgo, al hecho de que los que tomaron notas con cuaderno se vieron obligados a sintetizar la información en lugar de limitarse a escribir. Este fenómeno es conocido como “dificultad deseable”. Según Muller “la “dificultad deseable” es un pequeño obstáculo que se encuentra en tú camino que realmente puede mejorar la comprensión que tienes de un tema”. Pero en general, a los estudiantes les resulta difícil de creer que “más contenido no es mejor”.

Sin embargo Muller ha tomado su investigación en serio, es así cómo cada vez que necesita comprender un tema, cierra su computador y comienza a escribir con lápiz

¡Es que escribir con papel es casi terapéutico!