Y de todas formas, qué bien huelen las rosas.
Lo cierto es que nadie nos enseña prácticamente nada, al menos nada relevante. A vivir tenemos que aprender solos, no sirven otros atajos. Sólo aprendemos a base de golpes, de prueba y error. Los golpes, los tropiezos, las piedras que nos encontramos en el camino y que nos guardamos en el bolsillo para poder volverlas a poner cuando necesitemos una excusa nueva.
Los desengaños, las desilusiones, cuando descubriste que nunca te quiso, cuando las pesadillas te perseguían tras despertarte, cuando tus padres dejaron de ser perfectos, cuando te diste cuenta de que los profesores se equivocan, cuando te cagaste en el sistema político y social y viste la poca esperanza que hay en los ojos de las personas. Cuando te suspendieron injustamente, cuando aprobaste y te sentiste culpable. Cuando alguien se fue para siempre y no le dijiste todo lo que querrías haberle dicho. Cuando probaste el arrepentimiento y la impotencia.
@_xxrnpq_
Sal, sal a la calle a mancharte los pantalones de barro, mójate con la lluvia y ríete de todo por un segundo. Toma distancia de ti mismo y verás lo ridículo que eres preocupándote por estupideces. Conozcamos a las personas, investiguemos, impliquémonos en aquello en lo que creemos como si nos fuera la vida en ello. Porque nos va la vida en ello, nos va la vida en todo y en todo momento. Aprovéchala, porque no hay otra, y si la hay, seguramente no te vas a acordar.
Crea teorías absurdas, plantea problemas cósmicos y debátelos en una cafetería de mala muerte a las dos de la mañana. ¿Por qué no? Puede que en ese instante conozcas a la persona que fue la adecuada en todo momento y en cualquier lugar. Puede que la encuentres ahí. O puede que no, puede que encuentres a la persona incorrecta, a la peor, a la más desacertada pero necesaria, con la que equivocarte y con la que tropezar. Y a lo mejor luego, cuando aprendas de esa experiencia, la sonrisa te mida un milímetro más.
@Takemetoowonderland
Vas a sufrir. Vas a llorar. Siente amor, del bonito y del que sangra. Dile lo que sientes. Puedes guardártelo un poco para sentir esa sensación única de guardar el secreto de la piedra filosofal dentro de ti. Pero sólo un poco, no te acomodes en la agonía de no atreverte. Escribe. Da igual que no seas Bécquer, escribe cosas cursis, elegantes, estúpidas, poéticas. Escribe cartas de amor a personas a las que no se las vas a dar nunca. Escribe cartas de amor y entrégalas. Escríbele, de la forma que quieras pero que le llegue. Llámale, pregúntale cómo está porque realmente quieres saberlo. Dile que te sientes afortunada de que esté en tu vida. Díselo aunque creas que no haga falta, no vas a perder nada y seguramente ganes mucho. Di cosas bonitas a la gente, necesitamos que nos digan cosas bonitas mucho más de lo que nos gustaría admitir.
Enamórate. Lo repito y suena a tópico pero hazlo, con miedo o sin él. Enamórate de la persona más buena que conozcas, que te trate bien y que te haga sentir la primavera dentro del pecho, pero también hazlo de la imposible, porque no la olvidarás. Enamórate de la que te remueve todas las entrañas entre flores, incendios y signos de interrogación. Porque nunca te conocerás tanto a ti mismo como cuando pienses en todo lo que te hace sentir, en por qué te hace sentir, cuando quieras adivinar a tientas lo que siente. Cuando sepas que nunca pasará nada. Pero cuando estés listo, pasa página, y déjate ser feliz con algo real.
@tamaragabriela7
Sé bueno con las personas, no sólo por ellas sino por ti mismo. Pide perdón aunque no estés seguro de que debas hacerlo, te lo agradecerás. Date la oportunidad de sentirte orgulloso de ti mismo, de darte las gracias, de mirarte al espejo con el pecho bien alto. Sé una persona única. Ten una vida de esas que los escritores querrían contar, créeme, no es tan difícil. También permítete sentirte triste, decepcionado y deprimido, pero sólo un rato.
Ten inquietudes, sé inquieto, curioso, quiere más, siempre más. Pero sé consciente de lo que tienes, disfruta de un paseo por tu barrio como si fuera lo mejor que te podría pasar, porque posiblemente sea lo mejor que te podría pasar en ese momento.
@tamaragabriela7
La felicidad es una rosa y muchas espinas. Pero qué bien huelen las rosas.