Por Francisco Lira
22 febrero, 2015

Este jubilado de 82 años ha decidido invertir su tiempo en gente que no puede financiar una ida al peluquero.

Hombres y mujeres sin hogar han encontrado en Joe un verdadero padre, quien se preocupa de ellos con cariño y que ha decidido cuidar su apariencia cada fin de semana. Sus tijeras, lociones y, por supuesto, su sonrisa se han convertido en todo un ritual:

httpv://youtu.be/0RZsx6o2G6Y

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