Carta abierta de los introvertidos a las demás personas

Hola, somos nosotros, los introvertidos. Sólo queríamos escribir una nota rápida a todos para aclarar ciertas cosas. Sabemos que a veces podemos ser difíciles de descifrar, un poco cerrados, e incluso a veces irritables, pero te queremos. Para ayudarte a tratar con nosotros, hemos juntado una lista de cosas que debes saber.

 1. Los días de semana son días para mí.

“Eeee… Club de lectura los lunes? Mmm, está bien, no puedo. Nunca. ¿Por qué? Porque son los lunes.”

Te lo juramos que no es porque no nos agrades. Ni tampoco porque apenas descubrimos “El Ala Oeste de la Casa Blanca” (Lo digo en serio, sino ¿cómo vivíamos antes?). La verdad es que no queremos tener que estar despiertos por tres horas más. Socializar es cosa de fines de semana, y ocasionalmente los jueves (o todos los jueves, si estás en la universidad). Para eso si puedes contar con nosotros, pero no los lunes. Por supuesto que podemos hacer una excepción si se trata de alguna ruptura, una reunión importante, o una ocasión especial. Así que básicamente, si no es tu cumpleaños, puede esperar hasta el viernes.

 2. Si me llamas, tienes que tener un motivo.

 

¿Negocios? Te contestaremos. ¿Noticias? Está bien. ¿Sólo para hablar? Jajajaja.

A menos de que seas parte de la categoría de nuestros “humanos especiales”, no responderemos a tus llamadas telefónicas. Y siendo sinceros, hasta nuestros humanos especiales son ignorados a veces (lo siento, mamá). Una vez más, no es que no nos agrades. Es que simplemente no tenemos la energía de hablar sólo por hablar. El mandar mensajes si que va con nosotros. Si nos mandas mensajes, obligatoriamente tienes que decirnos sobre qué quieres hablar, y eso nos gusta mucho. Las llamadas deben ser sólo para ponernos al día, o para lograr ciertos objetivos. Cualquier cosa diferente no será bien recibida.

3. Las personas que conocemos tienen que estar ahí.

Oh, kinder. Ha pasado tanto tiempo desde que nos metieron a todos en esa sala y nos dijeron que debíamos hacer amigos. Así que naturalmente, nosotros, los introvertidos sabemos cómo socializar al igual que todos los demás. Pero no nos confundas por extrovertidos. La diferencia es que, nosotros sentimos como si nos desmayáramos luego de hablar con otros humanos. Y es probable que este sea el motivo por el cual hacemos la tan temida pregunta ¿Bueno… y quién más va? No estamos diciendo que no seas interesante, simplemente nos estamos preparando. ¿Para qué? Puede que te estés preguntando. Para hablarles a humanos que no conocemos, seguido de irnos temprano de la fiesta. Lo siento, no lo sentimos.

4. No nos interesa tener miles de amigos.

Claramente, tiene sentido que si no somos buenos para conocer gente nueva, es probable que no tengamos muchos amigos. Por simple lógica. Y eso no nos molesta para nada. Sin embargo, los amigos que tenemos son increíbles. Tómame a mí como ejemplo. Si eres uno de mis amigos más cercanos, entonces una de estas dos cosas pasó:

  1. Intentaste llegarme de alguna forma (¡bravo!)
  2. Nos obligaron a estar juntos por mucho tiempo y no nos quedó otra que hablar.

No estoy molestando. Así es como conocí a mis cinco amigos más queridos. Y soy considerado “extrovertido” (Lo sé, cinco.)

¿Moraleja de la historia? Si eres amigo de uno de nosotros, te queremos más de lo que crees, y eres increíblemente fabuloso.

5. Somos intensos.

Aviso, no nos hacemos responsables: Realmente no sabemos cómo parar o aligerar algo.

Cuando nos encontramos en una conversación interesante, normalmente tiene que ver con política, religión, dinero, relaciones complicadas o cualquier otra cosa de la cual no se supone que deberíamos hablar. Esos temas tabú son nuestras fuentes de vida en las fiestas, y no podemos evitarlo. Sí, tu perro es demasiado tierno, y tu ropa es increíble, pero lo que de verdad nos interesa es tu remordimiento de no haber estudiado para ser una fashionista o la relación que tienes con tu mamá. Lo sentimos por adelantado.

 6. Nos cuesta darnos a entender.

¡Oh, qué mal esto! Nos sentimos desesperados o intensos al preguntarle a alguien si quiere salir a comer con nosotros, falsos cuando intentamos hacer nuevos contactos, y ensimismados al intentar hacer parte de nuestras vidas a un amigo lejano. Esta no es ninguna excusa, tenemos que trabajarle a estas cosas, pero téngannos paciencia. Si estas cosas se te hacen más fáciles a ti, ¡ayúdale un poco a este introvertido que se encuentra perdido!

Somos lindos, y lo que nos falta a la hora de lo social, lo compensamos con nuestras conmovedoras conversaciones.

7. Nos caes bien.

De verdad que nos agradas. Bueno, no todo de ti. Valoramos que los extrovertidos nos hablen y nos manden mensajes de texto (no llamadas), y que nos informen de lo que está pasando afuera de nuestras mentes miedosas.

A pesar de que estamos a gusto con nuestra forma de ser, todos en algún punto nos hemos sentido un poco celosos de la forma en la que ustedes operan. Así que no pienses que no nos agradas sólo por el hecho de que preferimos estar solos. No nos juntamos entre nosotros tampoco. De verdad.