A veces olvidamos que esto es una enfermedad, tan real como el cáncer o una deficiencia cardiaca.
Y lo entiendo. Muchas veces me ha pasado. Intentamos animar a un compañero de trabajo y terminamos diciendo cosas un tanto absurdas, considerando que, en general, la gente no se siente miserable a propósito. Este video describe, con ironía, algunos de esos argumentos que debiéramos intentar mejorar:
httpv://youtu.be/NM6ZPNMnslw