Por Ignacio Mardones
30 abril, 2015

No todos querrán escucharlas.

Esta es una lista de 8 verdades que sin duda sabemos, ya que las hemos escuchado mil veces, sin embargo, en el día a día las vamos olvidando o dejando atrás porque en realidad son crudas; no queremos tenerlas presentes, pero a veces, es necesario que alguien las recuerde. En un agudo artículo se rescatan estas frases que seguramente te harán pensar o sufrir un poco, porque así es la vida, hay cosas que tenemos que aprender aceptar:

1. La vida humana es relativamente corta

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Sabemos que la muerte es nuestro destino común y que puede ocurrir en el momento menos pensado, sin embargo, siempre nos sorprendemos muchísimo cuando le ocurre a alguien cercano. Es una paradoja, ésta siempre nos rodea, la vemos cada día en la prensa y sabemos que es lo natural, pero podría decirse que es a lo que menos estamos preparados. Y no debería ser así, deberíamos prepararnos para ella, porque es inevitable, a pesar de esto elegimos no mirar, tomamos la decisión de que nos tome por sorpresa, como si ese esa ingenuidad y dolor fuera algo de lo que enorgullecerse. La clave es vivir el momento presente, aceptar la muerte, pero no temerle.


2. Sólo vivirás la vida que creaste para ti mismo

Tú has creado tu vida. Hay gente que te acompaña y da consejos, grandes amigos y romances, pero siempre ten en cuenta que en el fondo tú tendrás que vivir según las decisiones que tomes, y tu consciencia no hará la vista gorda si escoges el camino que no es el tuyo auténtico. Nadie puede saber mejor lo que necesitas que tú mismo, por eso sé intuitivo en lo que intentes lograr, conócete y anda a lo que sientas que te está reservado.


3. Estar ocupado no significa lo mismo que ser productivo

Es cierto, estar siempre ocupado no es una virtud, no es algo digno de ser celebrado. La gente cree que es sinónimo de productividad y que ese estrés generado es algo que debe ser alabado como si el que lo padeciera fuera alguien extremadamente responsable. Bueno, esto no es necesariamente así: la productividad puede estar o no relacionada con el estar ocupado, pero suele ocurrir que cuando uno siente demasiado el peso de la rutina comienza a trabajar peor, ya no hay una reflexión antes de actuar, por lo que hay un mayor espacio para cometer errores. Hay personas que escogen sentir ese estrés, ya que lo utilizan como una máscara para evitar hacerse cargo de su realidad y de este modo creen que si lo exterior está bien, lo interior también lo estará. Pero el caso es que ninguno dos florece en esas condiciones.


4. Algunos fracasos ocurren después del éxito

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Muchos errores no los podrás evitar, aprende a perdonarte a ti mismo. Si tienes demasiado miedo de fallar nunca emprenderás ninguna aventura, te quedarás encerrado en ti mismo y todo eso que espera conocerte no podrá estimularte y darte su gratificación. Hazte amigo del fracaso, siempre ocurrirá; obviamente da tu mayor esfuerzo, pero en el caso de que tus planes no salgan como esperabas, no te desesperes, ten paciencia y aguarda la próxima oportunidad.


5. Pensar y hacer son dos cosas muy diferentes

El éxito no vendrá a ti esperando que lo acojas en tus brazos, tienes que salir a buscarlo. Básicamente eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer. Porque uno puede tener pensamientos acerca de todo, pero si no se concretan en acciones y hechos, éstos no son más que actividad mental que acaba en uno mismo. Lo bueno le pasa a la gente que trabaja por ello, a los que se entusiasman y hacen todo por lograr su objetivo. Pregúntate a ti mismo qué es lo que realmente te importa y luego sale a conseguirlo con tus máximas energías.


6. No tienes que esperar una disculpa para perdonar a alguien

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Perdona a la gente aunque ellos no ten pidan una disculpa, la vida se te hará mucho más fácil y puedes sacarte todos esos problemas de la cabeza. Ser agradecido es la clave para obtener la paz interior, así que trata de ver el lado positivo de las cosas. Al final tu actitud será una enseñanza para los demás y de esta manera, de a poco, irás convirtiendo tu entorno en un lugar mucho más armónico y libre de conflictos superficiales.


7. Lo que tienes no es lo que eres

Los objetos son objetos, no tienen nada que ver con lo que eres como persona. La mayoría de nosotros podríamos vivir con mucho menos de lo que tenemos, esa es una verdad que hay que tomar en cuenta especialmente si sientes que eres una persona consumista. Porque lentamente se va generando una adicción y el pensamiento cambia, lo material pasa a importar más que los valores y luego es difícil salir de esa postura. Lo que valen son las relaciones y las experiencias, eso es lo que más transforma tu ser. Intenta crear tu propia cultura, evita la televisión, la moda, las revistas, todo aquello que de alguna forma te encauce en una dirección forzada. Tú puedes descubrir lo que te da alegría en los lugares más insospechados.


8. Todo cambia a cada segundo

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Abraza los cambios, porque todo pasa por una razón y entiende que no podrás detener el curso de los acontecimientos. Deja que las cosas sucedan, quizás algo bueno puede venir de ese movimiento que al principio consideraste caótico. La vida no se detiene por nadie, cambia a cada segundo; destruye y crea al mismo tiempo. A veces una pequeña variación en nuestra forma de ser puede llevarnos a vivir experiencias enormemente satisfactorias. No estés buscando algo siempre, deja reposar tu situación actual, observa con cuidado y está atento a tus reacciones emocionales sinceras.