Querrás abrazar al profesor de tu hijo luego de leer esto.
Los profesores trabajan duro para educar a los niños que reciben en sus trabajos y muchas veces no se les hace un reconocimiento. Educar no es solo monitorear a los niños mientras dibujan o prevenir peleas en el patio de recreo. Por eso, el portal A Plus contactó a un grupo de profesores de diferentes grados y escuelas de todo tipo haciéndoles la misma pregunta: ¿Qué te gustaría que los padres de tus estudiantes sepan de tu trabajo?
1. Ellos aman a tus hijos tanto como a sus propios hijos
“A veces siento que pongo más esfuerzo en mis estudiantes que en mis propios hijos. ¡Es duro admitir algo así!”
“Soy tan apasionado por mis niños que muchas veces lloro porque estoy orgulloso de que uno finalmente logró escribir su nombre después de meses, o cuando un niño que tenía un mal comportamiento pasa un día controlado y no le hace daño a sus amigos. Suena cursi, pero muchas veces siento que son todos mis hijos y estoy radiante cuando cumplen una meta y derrotado cuando tenemos una mala racha.”
“Realmente yo amo a todos los niños de mi clase. Desde los más dulces hasta los que me prueban todos los días. Paso mucho tiempo pensando que puedo hacer mejor el día/semana/año siguiente”.
2. Los profesores a veces deben enfrentarse a horrores inexplicables
“He pasado muchas noches llorando en la cama por una de mis pequeñas niñas que está en mi clase. Tiene 8 años, fue violada, le contagiaron una enfermedad de transmisión sexual y luego fue puesta en una casa de acogida donde abusaban verbalmente de ella y la denigraban. La sacaron de ese lugar junto con sus tres hermanos menores. Ahora viven con unos tíos pero daría lo que fuera para quitarle su dolor”.
3. Su jornada de trabajo es más larga de lo que creen
“Aunque la jornada de trabajo con los estudiantes es de 8:30 a 15:45, normalmente es de 7:30 a 17:30 y después una hora más corrigiendo o planificando en casa”.
“A pesar de que tengo noches, fin de semanas y veranos libres, me pueden encontrar casi siempre en la escuela o desarrollándome profesionalmente para entregarle a mis estudiantes de mi clase lo mejor educación posible”.
“Llego a la escuela dos horas antes de lo que dice mi contrato y en las tardes, también me voy después de lo que dice mi contrato”.
4. Desean que TODOS sus estudiantes tengan éxito
“Cuanto digo que tu hijo es increíble es porque en verdad lo creo. Cuando te llamo a hablar de su comportamiento o de su esfuerzo en la escuela es porque yo creo que el puede mejorar”.
“Muchas veces me cuestiono si soy suficientemente bueno para este trabajo, porque me siento el peor profesor del mundo cuando un niño no entiende lo que estoy enseñando”.
5. No es por el sueldo que lo hacen porque no les pagan mucho
“Yo trabajaba en salud y me pagaban considerablemente mejor pero la primera vez que pisé una clase me di cuenta que era el lugar donde debía estar“.
“Me gustaría que sepan que es tan difícil convertirse en un profesor de arte como cualquier otro profesor. Yo tengo un grado en educación general, cursos de arte, una maestría y podría estar en un trabajo mucho mejor pagado“.
“Si trabajas para ti en vez de para los estudiantes no hay razón para ser profesor”.
6. Mucho de lo que tienen lo dan para el bien de la clase
“¡Me encantaría responder tus preguntas! Pero déjame pensarlo mientras corro a las 8:30 a la tienda a comprar lo necesario para que los chicos puedan hacer el regalo para el Día de la Madre con mi propio dinero”.
“Cuando hacemos proyectos geniales, usualmente soy yo el que provee de los materiales”.
“Nunca he tenido un sueldo que no haya destinado en parte para mi clase”.
7. Los profesores no son los enemigos de los padres. Los necesitan en el mismo equipo para que todos los estudiantes tengan éxito
“Desearía que los padres sepan que reconocemos que están haciendo lo mejor que pueden. Si su hijo está luchando y hay un problema, juntarnos para hacer una estrategia no es atacarlos en su manera de criar a los hijos. Es solo un esfuerzo para que su hijo tenga la mejor atención, ayuda, habilidades que necesite”.
“Desearía que los padres entiendan que no mando tareas solo por ser una mala persona o para que el niño sufra. Lo hago para mantenerlos practicando sus habilidades, para ayudarlos a tener un mejor futuro”.
“Algo que me molesta muchísimo es la falta de participación de los padres y que si al niño no le va bien es nuestra culpa. No podemos estar cerca de los niños todo el tiempo. Somos una pareja. Los padres tienen que ayudar en la educación de sus hijos también”.
8. Ponen las necesidades de sus alumnos por encima de las suyas
“Dejo a un lado mi cuidado personal porque sé que mis niños me necesitan. Tengo algunos problemas personales pero no puedo permitirme desmoronarme porque no podría estar presente para los niños que dependen de mi. No tienen nadie más en sus vidas en quién confiar”.
9. Piensan en el bienestar de los niños más allá de la clase
“Mi meta es que los niños les guste la escuela y aprendan, para que cuando estén en cursos más altos todavía puedan encontrar esa motivación de aprender en vez de sentirse aburridos y pensar que es una perdida de tiempo”.
“Desearía que los padres enseñen a los niños que los profesores no estamos para ganar dinero sino que para ayudar a las generaciones siguientes“.
10. Sin importar todos los desafíos, hacen su trabajo porque lo aman
“Enseñar debe ser uno de los trabajos más desgastantes. También diría que es uno de los más gratificantes, no en términos de dinero sino que en todas las otras cosas que en verdad importan”.
“¡Amo enseñar en infantil! ¡Esos niños son como los míos y son muy divertidos!”.
“Yo paso casi todos los momentos que estoy despierto haciendo o pensando algo para mi escuela o mis estudiantes“.