Trufas de cheesecake sin hornear

¡Son insuperables! Chocolate, fruta, una suave masita y la cremosa, y un poco ácida, sensación del queso. Te aseguro que no podrás comer sólo una… En mi caso, no alcanzan a llegar a la nevera.

Usa una caja de cheesecake “sin hornear” siguiendo las instrucciones para prepararlo. Yo añadí relleno de pastel de cereza encima. Tú podrías añadir cualquier relleno que te guste: relleno de pastel de frutilla, mermelada, Nutella, o mantenerlo simple. Una vez que has preparado el cheesecake, envuélvelo con papel plástico y colócalo en el congelador por lo menos por 2 horas, o toda la noche.


Usa una cuchara grande para sacar bolas de cheesecake congelado. La clave es sacar, para cada trufa, un poco de masa, cheesecake y del ingrediente con el que lo hayas cubierto. Si no queda una bolita perfecta, puedes terminar de moldearla con las manos.


Derrite chocolate blanco siguiendo las instrucciones de su envasado, yo prefiero hacerlo a baño María para evitar que se queme, y luego tíñelo con pintura roja comestible. Usa una cuchara para untar las bolas congeladas de cheesecake en el chocolate derretido. Si las trufas están demasiado calientes, vuelve a ponerlas en el congelador por 10 minutos. Son mucho más fáciles de untar si están congeladas.


Rocía con un poco de chocolate blanco o chispas. Deja enfriar hasta que estés listo para comer.

Yo coloqué mis trufas de cheesecake en mini pocillos para hornear para que se vieran un poco más profesionales. Puedes envolverlas en una pequeña caja y entregarla como regalo a un amigo o amor secreto. Solo recuerda que el cheesecake debe estar refrigerado por largos periodos de tiempo, y asegúrate de que sean consumidos dentro de una semana. ¡Disfruta!

Todas las fotografías pertenecen a A beautiful mess