Este desayuno es bastante calórico, pero vale la pena por lo delicioso que es. Puedes prepararlo en grandes cantidades, guardarlo en frascos y tenerlo siempre para deleitar a tus visitas.
Porciones: 4 tazas
Tiempo de preparación: 2 horas (incluyendo tiempo de enfriamiento)
Ingredientes:
2 1/2 tazas de avena tradicional
1 taza de quinua cocinada
1 taza de almendras tostadas ralladas
1/2 taza de linaza molida
1/2 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de canela
4 cucharas de mantequilla sin sal
1/2 taza de miel
2 cucharaditas de extracto de vainilla
1 taza de chips de chocolate amargo
Preparación:
Precalienta el horno a 162º C. Cubre una bandeja de hornear con papel de aluminio o papel de manteca.
Añade mantequilla a un sartén pequeño y cocina a fuego medio. Bate constantemente hasta que aparezcan partes doradas al fondo, por unos 5-6 minutos, luego remueve inmediatamente del calor y déjalo de lado. Mezcla con miel y extracto de vainilla.
En un recipiente grande, mezcla la avena, almendras, quinua, linaza, canela y sal. Revuelve bien. Vierte la mantequilla con miel sobre la mezcla de avena, mezclando con una cuchara grande hasta que todo esté igualmente húmedo.
Yo mezclo e incluso revuelvo con mis propias manos por unos buenos 5 minutos.
Esparce de forma uniforme sobre la bandeja. Hornea por 10 minutos, sacúdela y hornea por 10 minutos más. Sacude la mezcla nuevamente y hornea por unos 10 minutos más, agitando cada 3 minutos o hasta que la mezcla esté dorada.
Remueve y deja que enfríe durante unos 10 minutos. Vierte chips de chocolate por encima y mezcla con gentileza. Deja que se enfríe completamente por al menos una hora antes de comer.
Puedes mezclarla con leche, yogurt y todo tipo de frutas. ¡Un desayuno digno de los dioses!
Todas las fotografías pertenecen a How sweet it is