Con esta guía te ahorrarás malos olores, hongos, líquidos sospechosos, polillas e incluso hormigas.
No hay nada más desagradable que llegar a casa con un antojo de pan con jamón y queso derretido, y encontrarte con el pan duro por haber quedado afuera, un queso lleno de musgo o peor, jamón maloliente y gelatinoso. ¡Que asco! Todo directo a la basura y el hambre manifestándose en tu barriga con gruñidos y retorcijones.
En fin, una pena el pasar hambre por un descuido y una pena el estar botando la comida cuando sabes, hay otros que no tienen nada. Pero nunca más. Sigue estas instrucciones y olvídate de este tipo de malos ratos.