Nos encanta y nos sentimos orgullosos etiquetándonos a nosotros mismos como introvertidos o extrovertidos. Si el internet pudiera opinar sobre eso, diría que los introvertidos en particular disfrutan categorizarse como tales, y conectarse con sus compañeros introvertidos (virtualmente, está claro que no en persona) para hablar sobre su mutuo desagrado por las fiestas y las charlas con otras personas.
Pero, en realidad, pocos encajan perfectamente en alguno de estos dos tipos de personalidades. Y para aquellos que están realmente en la mitad del espectro formado por la introversión y la extroversión, hay un nombre también.
Los psicólogos se refieren a estas personas como “ambivertidos”, significa que expresan cualidades y comportamientos de ambos, introvertidos y extrovertidos, dependiendo de la situación.
Sin duda, hay algunas personas que encajan perfectamente en el estereotipo de introvertido o extrovertido. Pero alrededor del treinta y ocho por ciento, se encuentra en la mitad de los dos, el psicólogo experto en personalidades, Robert R. McCrae le dijo a The Huffington Post.
En las escalas de personalidad, puedes dar como un “ambivertido” por dos rutas:
Una es respondiendo en la mitad de la escala en todos los puntos, porque puede que a veces te sientas neutro sobre situaciones sociales y multitudes, y puede que te sientas más a gusto y disfrutes de tu soledad al quedarte en casa y no salir.
O puedes ser un “ambivertido” porque oscilas entre ambos extremos, algunas veces eres el alma de la fiesta, y otras veces lo único que quieres es estar sólo y que nadie te moleste.
Hasta cierto punto, la clasificación es relativa. Juzgar grados de extroversión es como juzgar que tan alta o baja es una persona. Cualquier juicio que hacemos sobre la altura de alguien depende de nuestra definición de alto o bajo, al igual que juzgar los niveles de extroversión depende de cómo definamos el ser introvertido, extrovertido o “ambivertido”.
Sin embargo, aquellos que son capaces de aplicar las fortalezas de ambos tipos de personalidades, en el caso del introvertido, la capacidad de estar solo, de enfocarse, y de hacer una autorreflexión tranquila; y en el caso del extrovertido, lo amistoso y la manera natural en la que interactúa con otros, puede tener sus ventajas.
“Los ambivertidos pueden poner en práctica lo mejor de ambos”, el psicólogo experto en personalidades Brian Little, y autor de “Yo, Yo Mismo y Nosotros: La ciencia de la personalidad y el arte del bienestar” le dijo a The Huffington Post.
“Aquellos que son ambivertidos tienen un mayor grado de libertad para darle forma a sus vidas que aquellos que se encuentran en los extremos de alguno de los dos.”
Esto es lo que debes saber sobre los “ambivertidos”, y el espectro de introversión/extroversión.
Tu nivel de extroversión se basa principalmente sobre qué tan fácilmente eres estimulado.
No nos preguntamos si eres introvertido o extrovertido solamente para saber qué tan amistoso o sociable eres. De acuerdo al “modelo de excitación,” se trata más de tu capacidad de estimulación, sobretodo en las neuronas de la neuro-corteza del cerebro, que actúa como el centro de las funciones mentales superiores, como el razonamiento espacial, el pensamiento consciente, el lenguaje y la percepción sensorial.
Cuando nos encontramos en un nivel de excitación muy alto, podemos llegar a sentirnos agotados, estresados o abrumados; y en un nivel muy bajo, sentirnos aburridos o inquietos.
Hay un nivel óptimo de excitación neo cortical, explica Little. Los extrovertidos se encuentran por debajo del nivel ideal de excitación, y por lo tanto sienten la necesidad de buscar situaciones excitantes o estimulantes, a diferencia de los introvertidos que están crónicamente por encima del nivel óptimo de excitación (lo que significa que tienen un umbral más bajo de estimulación). Como resultado, los introvertidos intentan disminuir su nivel de excitación buscando ambientes y actividades tranquilas, lo que tiene mucho que ver con que se consideren como antisociales.
Los “ambivertidos”, por definición, se encuentran en toda la mitad de los dos refiriéndonos al modelo de excitación, ya sea porque se pasan de estar por encima a por debajo del nivel óptimo de excitación o viceversa, o porque normalmente se encuentran en la mitad, a un nivel cómodo de excitación. Así que por lo general se sienten a gusto con el balance entre experiencias calmadas y estimulantes.
Los “ambivertidos” tienen la capacidad de desarrollar fluidamente una personalidad espontánea.
El psicólogo estadounidense del siglo XIX, William James, una vez dijo que a los 30 años, la personalidad ya está “edificada como yeso”. Algunas investigaciones han apoyado esta teoría, y la idea de la introversión y la extroversión como categorías de la personalidad implica que tenemos rasgos relativamente fijos.
Pero Little argumenta que puede que nuestras personalidades sean mucho más fluidas de lo que pensamos. “Creo que James está en lo cierto sólo en un cincuenta porciento,” dijo Little. “Creo que nosotros como humanos estamos esencialmente edificados como yesos pero sólo a la mitad. Una de las maneras en las que tenemos una mayor manejabilidad y capacidad de cambiar es a través de la participación en lo que yo llamo ‘rasgos libres.’ Una persona introvertida puede actuar como un extrovertido, y pueden hacerlo hasta cierto periodo de tiempo, pero no por uno prolongado.”
Hasta cierto punto, los introvertidos pueden comportarse como extrovertidos, y viceversa. Pero si una persona introvertida se presiona mucho para actuar como un extrovertido durante demasiado tiempo, salir y socializar todas las noches, o ponerse en demasiadas situaciones de estimulación, es probable que se agote.
Por otro lado, un ambivertido, se mueve constantemente entre las dos orientaciones, y tiene mayor capacidad para tomarle ventaja a la fluida naturaleza. Tener una personalidad flexible le permite al ambivertido adaptarse mejor a las diferentes situaciones y sacar el máximo provecho de las diversas características personales.
“Los ambivertidos se encuentran en una zona agradable, en ese punto dulce, de dónde son capaces de actuar a partir de sus caracteres como un pseudo-introvertido o un pseudo-extrovertido, sin tener que pagar las consecuencias del sistema nervioso,” dice Little.
Tienen una ventaja en ciertos tipos de rendimiento.
El psicólogo Dan Pink acuñó el término “ventaja del ambivertido” para describir una habilidad superior del ambivertido al aprovechar las fortalezas de ambos introvertidos y extrovertidos.
En el dominio de las ventas específicamente, los ambivertidos sobresalen, contrariamente al estereotipo del carismático, vendedor ultra-extrovertido.
Una investigación realizada por el psicólogo Adam Grant de la Universidad de Pennsylvania, publicada en la revista Psychological Science, encontró que los ambivertidos son más eficaces que los introvertidos o los extrovertidos a la hora de concluir una venta.
Grant estudió el personal de una empresa de software y les hizo una evaluación en la que cada persona se podía situar en una escala del 1-7 desde introversión a extroversión. Se dio cuenta que ni los introvertidos extremos (que calificaron 1 o 2), ni los extrovertidos extremos (con puntuaciones de 6-7) fueron los vendedores más eficaces, sino que los ambivertidos, eran por mucho, más efectivos a la hora de vender el software.
La hipótesis de Grant se basa en que aunque los vendedores exitosos requieren algún grado de asertividad, los extrovertidos extremos a veces pueden ser demasiado enérgicos y entusiastas para lograr cerrar una venta.
Por otro lado, los ambivertidos, pueden lograr más fácilmente un equilibrio entre la asertividad y la cordialidad. “Mi investigación indica que las organizaciones se beneficiarían proporcionándoles formación personal, a vendedores altamente extrovertidos, al enseñarles algunas de las tranquilas y reservadas tendencias de sus pares más introvertidos,” concluyó Grant.