Las Increíbles Guerras Microscópicas Que Suceden En El Interior De Nuestro Cuerpo

El cuerpo humano es una maravilla biológica. La tarea protegerlo recae en nuestro sistema inmunológico, que es el encargado de detectar y neutralizar una amplia variedad de agentes, conocidos como patógenos, y distinguirlas de nuestro propio tejido sano. Acá una muestra de sus valientes solados

Un macrófago (x18000), una célula de defensa humana, tratando de engullir gotitas de aceite.

Células T bajo el ataque de VIH (Azul).

Las células B, como este espécimen cubierto con bacterias, producen ejércitos de anticuerpos cuyo único objetivo es atacar a un solo tipo de patógeno.

Protozoos de la malaria se han multiplicado en dos células en una placa de cultivo de las células rojas de la sangre. Uno de ellos se ha liberado para infectar otras células.

La primera línea de defensa contra los ejércitos de microorganismos peligrosos, el tejido de la piel es capaz de repararse rápidamente después de la lesión.

El primer paso en la fagocitosis, o “comer celulas” un macrófago extiende varios seudópodos de su forma particular de abrazar una serie de bacterias E-coli.

Las bacterias atrapadas dentro de una extensión de una membrana de macrófagos.

Productos químicos de gran alcance son generados a voluntad por los macrófagos con lo que destruyen los componentes de las células invasoras.

Al igual que una visión de la ciencia ficción, un macrófago llega a atrapar bacterias con una extensión celular llamado seudópodo.

Una de las mayores amenazas inorgánicos de la humanidad, las fibras de asbesto son engullidos por un macrófago que probablemente morirá por esa “comida”.

Los motines en el cuerpo son un hecho constante, y las células sanas se escapan de alguna manera de los mecanismos que regulan el crecimiento celular y se tornan cancerosas.

Las asesinas células T atacan a las células cancerosas. Varias de las células T normalmente redondas adquieren la forma alargada de combatientes activos, ya que someten a su objetivo a los ataques químicos, rompiendo la membrana celular.

Después que una célula de cáncer pierde su citoplasma, sólo queda un esqueleto fibroso.

Cuando la respuesta inmunológica es demasiado fuerte, reacciones alérgicas afectan los seres humanos al producir ciertos anticuerpos innecesarios.

Un sistema inmune renegado ha devastado el fémur de una mujer de 50 años que sufren de artritis reumatoide.

El virus del resfriado común (azul), constantemente muta para evitar la detección.

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