Por María Gana
5 diciembre, 2014

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Se llama agresión tierna y es real.

Estás admirando a tu precioso bebé cuando el impulso se lava sobre ti … quieres morder.

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No una mordedura real. Sólo un mordisco en un dedo del pie o una mejilla.

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O tal vez sólo apretar su cara un poco.

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Resulta que no eres un bicho raro enfermo después de todo.

Este fenómeno tiene un nombre, y al parecer, una finalidad sociológica. Comúnmente es conocida como “agresión tierna”, en realidad se llaman “expresiones dimorfas” y según los hallazgos de los científicos psicológicos de la Universidad de Yale, pueden ser una herramienta útil en el control de nuestras emociones

Uno de los investigadores explicó el fenómeno: “Nosotros regulamos las emociones de un montón de maneras diferentes. A veces tratamos de reconsiderar la situación. A veces tratamos de tapar nuestras emociones con pura voluntad. A veces nos alejamos de la situación que está causando las emociones. Con este nuevo descubrimiento, estamos viendo que a veces respondemos con la expresión opuesta a lo que sentimos, y al parecer esto nos ayuda a equilibrar nuestro estado anímico”.

Así que, básicamente, queremos morder las caras de los bebes porque literalmente no podemos más con lo lindas que son, y el impulso es solo una forma del cerebro de manejar la ternura.

Lo mismo que le sucede a esta niña.

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(Oh, eres tan lindo, amó tus tierna sonrisa)

Puedes encontrar más información del tema acá

httpv://youtu.be/V0rF9my3l4k