Por Catalina Vásquez
11 mayo, 2015

Al fin está a salvo de todo peligro.

En enero, el video de un ser extraño y desconocido arrastrándose por una plantación de palmeras en Malasia, causó revolución en los medios a nivel mundial. La criatura de color gris y enormes uñas, era extremadamente delgada y no tenía pelo que cubriera su piel, por lo que a primera instancia, hacía recordar un extraterrestre. Los campesinos estaban alarmados y comenzaron a darle patadas para que se alejara.

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YouTube/The Borneo Post SEEDS

Un video bastante crudo, teniendo en cuenta que tras ser analizado por expertos, descartaba cualquier conexión con el resto del Universo, y más bien lo relacionaba con algo tan extremadamente típico del país, que realmente debiese avergonzar a los presentes y a la forma en que actuaron. Un indefenso oso malayo hembra, con problemas de salud.

Una historia indignante y bastante desesperanzadora, pero que por esas cosas de la vida, tuvo un final feliz. Ya que tras el horrible episodio, los oficiales de vida salvaje del sector, se dedicaron a seguirle la pista, y así poder ayudarla. La llevaron al Centro de Vida Salvaje Matang y desde entonces ha estado bajo el cuidado de la veterinaria Silje Robertsen.

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La experta explicó al medio local The Star, que la osa se encontraba bajo una plaga de ácaros, tenía infecciones en la piel y una anemia en estado bastante avanzado, que la mantenían débil, y por lo mismo, sin pelo en todo el cuerpo. Un estado bastante impactante, pero que de todas formas, no fue capaz de vencerla.

Hoy, la osa está muy alerta, come con normalidad y es capaz de trepar a los árboles. Todos, signos de un enorme progreso, pero que aún la mantienen muy lejos del alta médica y la libertad, debido a que necesita una dieta rica en carbohidratos, otros suplementos y antibióticos.

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Repito. Una historia cruel que terminó en final feliz, pero que no representa a la media de esta raza. Ya que de acuerdo con La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, el oso malayo ha disminuido en un 30% en las últimas tres décadas, debido en parte, a que los bosques que representaban su hábitat ideal, han sido talados para la plantación de palmeras para sacar aceite.

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