Conoce a la polémica mariquita que está robándose toda la atención en Chile.
Se llama “harmonia axyridis”. Es una especie de coccinélido o mariquita, conocida comúnmente como chinita arlequín o asiática y ha sido introducida a diversos países, incluidos Chile, debido a su gran voracidad a la hora de alimentarse de áfidos o pulgones, una plaga muy común en la agricultura.
Chinita arlequin
Su primera inmigración al país se realizó el año 2003 desde América del Norte. Eran unas pocas, pero suficientes como para que se notara un cambio positivo e inmediato en los cultivos. Las alabaron, las siguieron trayendo y sin siquiera notarlo, empezaron a hacerse algo común a la vista. Así, para el 2008 ya se sabía no estaban de paso, según reportes donde más de 70 personas afirmaban el haberlas distinguido con su tamaño tres o cuatro veces más grande que el de la chinita normal, de color naranjo, puntos negros y forma muy redondeada. Una cifra bastante insignificante si es que no se considera cómo cambió el panorama en tan sólo 3 años, cuando 5.000 personas, focalizadas entre la Región de Valparaíso y la zona norte de la de O’Higgins reportaban también el habérselas topado en su camino.
Antronio
Un excelente controlador de plagas, pero que se ha convertido de a poco en la peor pesadilla de muchos. Amenaza la biodiversidad de Chile al alimentarse de la chinita nativa y otros insectos, y como si fuera poco, destruye las producciones de frutos blandos como la uva y berries, e incluso, cambia propiedades del sabor y olor en los futuros vinos y jugos.
Chinita arlequin
Pero eso no es todo. Esta chinita ha decidido ingresar en las casas, según la profesora de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile, Audrey Grez, con el objeto de sortear las temperaturas extremas que se viven a la intemperie, por ejemplo a comienzo del otoño. Y lo peor, por muy tiernas y hermosas que se vean decorando la pared, la verdad es que ocasionan daños estéticos, como manchas amarillas en las superficies y malos olores al matarlas. “En muy escasas ocasiones genera reacciones alérgicas y eventualmente mordeduras leves por lo que es recomendable el exterminarlas apenas se las encuentre”, agregó la profesora en una entrevista para La Tercera.