Por Romina Bevilacqua
2 abril, 2015

¿Baterías cargadas gracias a la espuma de poliestireno y que tienen un menor impacto ambiental? ¡No lo hubiese creído posible!

Todo comenzó en 1965 cuando Dow Chemical presentó al mundo la espuma de poliestireno también conocida como palomitas o espuma de embalaje. Por un tiempo este material mantiene a salvo los productos frágiles que recorren largas distancias hasta su destino final, pero una vez que termina el viaje se convierten en un inútil desecho que demora cientos de años en degradarse. Cada año miles de millones de estos cacahuates de espuma son arrojados en vertederos alrededor del mundo con una taza de reciclaje de sólo el 10%, el resto sólo queda ahí contaminando el suelo con sus químicos.

Esta realidad podría cambiar drásticamente gracias a los ingenieros de la Universidad de Purdue que han encontrado una ingeniosa forma de reutilizar estas espumas para embalaje al utilizarla para crear ánodos de carbono, un componente utilizado en las baterías recargables. Ellos estiman que con su método podrían llegar a reutilizar el 50% de toda esta espuma en los próximos 5 años. Vilas Pol, el autor principal del estudio, dice que su inspiración llegó un día en el que llegó una carga de productos importados al laboratorio. “Recibimos una gran cantidad de equipos y productos químicos contenidos en muchas cajas llenas de espuma de embalaje, y en algún momento me di cuenta de que todos estos cacahuates de espuma se irían a la basura”, cuenta Pol. “Queríamos hacer algo que fuera bueno para la sociedad y el medio ambiente“.

Conoce más acerca de este increíble proyecto aquí:

httpv://youtu.be/JWX8rBRV8ac

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