Por Catalina Vásquez
24 marzo, 2015

¡Una excelente noticia! Parece ser que los esfuerzos por detener el cambio climático finalmente están dando resultados.

El consumo energético y el nivel de actividad económica están estrechamente vinculados. La energía es absolutamente indispensable para las economías modernas, y tanto la infraestructura de industrias, transporte y casas depende de ella. Esto significa que, en general, cuando los ingresos aumentan, así también lo hace el uso de energía, lo cual queda claro si miramos tendencias pasadas. Y por consiguiente, si es que no utilizamos recursos de energías renovables, entonces, el aumento del consumo energético inevitablemente conduce a más emisiones de dióxido de carbono.

Pero parece ser que el esfuerzo del mundo por detener el cambio climático podría estar finalmente dando resultado, ya que las emisiones de CO2 del sector energético parecen haberse estancado el año pasado, según un reporte preliminar de la International Energy Agency (IEA). Si la estadística se sostiene, entonces se trataría de la primera vez en 40 años en que las emisiones se han mantenido sin cambio o han disminuido con la ausencia de una crisis económica.

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“Esto es tanto una sorpresa muy bienvenida como significativa”, dijo en una declaración Faith Birol, el Director Economista de IEA. “Provee de un momentum bastante necesario para los negociantes que se preparan para forjar un trato respecto al clima en una convención en diciembre que se realizará en Paris, Francia. Por primera vez, las emisiones de gas relacionadas al efecto invernadero se están separando del crecimiento económico”.

Según la IEA, las emisiones globales de CO2 fueron de 32 miles de millones de toneladas tanto en el 2014 como en el 2013, a pesar del hecho de que la economía global aumentó en un 3% el año pasado. La IEA ha estado recolectando datos de emisiones durante los últimos 40 años y dentro de este marco de tiempo, han habido únicamente tres instancias en las cuales las emisiones de CO2 se han estancado o disminuido en comparación con el año anterior y todas estas estuvieron vinculadas a una recesión de la economía global. Por ejemplo, un estancamiento fue observado durante 1992 luego del colapso de la Unión Soviética.

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Entonces, ¿a qué podemos atribuir este supuesto receso de las emisiones globales de CO2? Según la IEA, una gran parte tiene que ver con un cambio de tendencias respecto al consumo energético en China y países miembros de las Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD). Por ejemplo, el año pasado China presenció un aumento en la cantidad de energía producida por recursos renovables, como el solar y de viento, con un descenso concomitante en la quema de combustible fósil.

Como señala New Scientist, otros factores que probablemente contribuyeron, incluyen las temperaturas más cálidas experimentadas el año pasado, lo cual resulta en un uso menor de energía para calentar hogares y precios más bajos para el petróleo. Cuando baja el precio del petróleo, las compañías prefieren utilizarlo como fuente de energía por sobre el carbón, ya que libera menos emisiones por unidad de energía producida.

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Aunque estos datos un poco tempranos resultan alentadores, los expertos han advertido que no deberíamos usarlos como una excusa para darnos por satisfechos o para cesar los esfuerzos por contener las emisiones. Más bien, los hacedores de decisiones deberían utilizar el reporte finalizado, el cual será publicado en junio, para apoyar la creación de nuevas medidas políticas que ayudarán a las naciones a alcanzar las metas climáticas sin comprometer su crecimiento económico.

Visto en IFL Science