Por Catalina Vásquez
19 marzo, 2015

Nunca hubiese imaginado tanto ingenio y sed de venganza en un perro. Pero definitivamente lo apoyo.

Esta historia es digna de mención, ya que la madre naturaleza le dio una lección al hombre. Todo comenzó una mañana como cualquier otra en la ciudad de Chongquing, en China. Donde un hombre llegó al aparcamiento y encontró un perro durmiendo la siesta. Al parecer el perro estaba ocupando específicamente su estacionamiento preferido, por lo que el hombre decidió moverlo. Tocó la bocina en reiteradas ocasiones y al no generar respuesta, decidió tomar la situación en sus manos, o mejor dicho pies, al darle una fuerte patada al can.

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Se bajó de su vehículo para hacer trámites y su día continuó con completa normalidad y sin el más mínimo arrepentimiento por el golpe que le dio a un animal inocente. Sin embargo, el perro no olvidó tan fácil el hecho y por muy impresionante que suene, decidió vengarse. Al igual que una pandilla callejera de chicos jóvenes que hacen graffitis y rompen cosas, el ingenioso perro trajo un par de amigos y empezaron a destrozar el coche. Así, con paciencia y mordiscos, desformaron el limpiaparabrisas, los guardabarros y la carrocería.

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Esta impactante historia demuestra que los perros, a pesar de ser el mejor amigo del hombre, ser confiables, bondadosos y agradecidos, de todas maneras pueden tomar la justicia en sus garras y hocico, si es que son tratados de una manera tan injusta y poco respetuosa.

Visto en Daily mailEcoInventos

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