Una de las razones tiene que ver con su nivel de estrés.
Anímense, amantes de los felinos. La constante indiferencia de tu gato hacia su rascador de uñas de lujo puede ser decepcionante, pero hay un objeto que garantiza su total interés. Ese objeto, que Internet ha documentado tan concienzudamente, es una CAJA. Cualquier caja, en realidad. Cajas grandes, cajas chicas, cajas de formas irregulares, no importa. Pon una en el suelo, en una silla, en un estante y verás como tu compañero peludo la requisa en un santiamén.
Entonces me pregunto… ¿qué es lo que provoca esa extraña atracción gravitacional en un Felis sylvestris catus hacia un simple cubo de cartón? Como muchas otras cosas extrañas que los gatos hacen, la ciencia no ha podido dilucidar este particular misterio felino. Está la obvia ventaja que ofrecen las cajas: los gatos son cazadores furtivos, y las cajas son lugares ideales para esconderse a acechar a su presa, (también para echarse a descansar) pero claramente hay más.
Afortunadamente, biólogos especialistas en comportamiento y veterinarios han encontrado otras explicaciones. De hecho cuando ves toda la evidencia junta, puedes llegar a concluir que quizá a tu gato no solo le gusten las cajas, tal vez las necesitan.
La conspiración de la caja y los bigotes
Entender la mente felina es evidentemente difícil, después de todo, los gatos tienden a no ser sujetos fáciles de analizar. Aún así, hay una gran cantidad de investigación de comportamiento felino que es lamentablemente usada para otros fines (gatos de laboratorio). Estos estudios, muchos enfocados en el enriquecimiento medioambiental, han sido realizados por más de 50 años y de ellos se concluye algo muy claro: tu peludo compañero se siente cómodo y seguro en lugares cerrados.
Esto es probablemente cierto por una gran cantidad de razones, pero para los gatos que se encuentran a veces en situaciones estresantes, una caja o cualquier otro tipo de lugar cerrado, dentro del lugar en el que ya se encuentran, puede tener un profundo impacto en su comportamiento y psicología.
La etóloga Claudia Vinke de la Universidad de Utrecht, en Holanda, es una de las últimas investigadoras que ha estudiado los niveles de estrés en gatos de refugios. Cuando Vinke trabajó con este tipo de gatos, hizo un experimento y le puso cajas a un grupo de recién llegados, mientras que al resto los privó de ellas. Vinke descubrió una diferencia significativa en los niveles de estrés entre los gatos con cajas y los que no las tenían. De hecho, los gatos con cajas se acostumbraban mas rápido a su entorno, se veían más tranquilos y estaban más interesados en interactuar con humanos.
El gatito a la caja
Tiene sentido cuando consideras que la primera reacción de casi todos los gatos a una situación estresante es la de retirarse y esconderse. “Esconderse es una estrategia de comportamiento de las especies para lidiar con los cambios del ambiente y con agentes que generen estrés”, explicó Vinke. Esto cuenta tanto para los gatos salvajes como domésticos, sólo que en vez de subirse a un árbol o meterse a una cueva, el tuyo puede encontrar comodidad en una caja de zapatos.
Caja (anti) social
Es también importante notar que los gatos realmente no tienen habilidades de resolución de conflictos. Como se dijo en el libro El gato domestico: Biología de su comportamiento: “Los gatos parecen no desarrollar estrategias de resolución de conflicto, por lo que podrían intentar evadir encuentros agonísticos (comportamiento agresivo y defensivo) al disminuir su actividad social”. Entonces, en vez de arreglar las cosas, los gatos prefieren huir de sus problemas o evitarlos. Una caja, en este sentido, puede representar a menudo una zona segura, un lugar donde desaparecen las fuentes de ansiedad, hostilidad o atención no deseada.
Evidentemente el problema de estas explicaciones es que puede hacer parecer que la atracción a las cajas sea un síntoma de gatos estresados o inadaptados. No sé ustedes, pero para mí, Maru no parece sufrir de altos niveles de estrés en el video a continuación:
httpv://youtu.be/TbiedguhyvM
Para sobrevivir el invierno
Astutos observadores de felinos han notado que, además de las cajas, muchos gatos parecen escoger otros extraños objetos y lugares para relajarse. Algunos se enrollan en el lavamanos, otros prefieren zapatos, fuentes, bolsas de compras, tazones, cajas de huevos vacías, y un sin número de espacios pequeños. Esto nos lleva a la otra razón por la cual tu gato pueda gustar de las cajas pequeñas y otros lugares aparentemente incómodos: ¡Hace mucho frío!
De acuerdo con un estudio realizado en 2006 por la Comisión Nacional de Investigación, la zona termoneutral de un gato doméstico es de 30 a 36 grados Celsius. Ese es el rango de temperatura en la cual los gatos se sienten “cómodos” y no tienen que generar calor extra para mantenerse abrigados o gastar energía metabólica en enfriarse. Sucede que este rango es 6 grados Celsius más alto que el nuestro, lo que explica porqué no es inusual ver al gato de tu vecino acostado a pleno sol en verano, disfrutando del sol.
A raíz de esto se entiende porqué muchos gatos disfrutan enrollarse en diminutas cajas de cartón y otros lugares extraños. El cartón corrugado es un gran aislante y los lugares confinados obligan al gato a hacerse “bola” o ubicarse de alguna extraña manera para preservar el calor corporal.
El mismo estudio de la NRC (Comisión Nacional de Investigación) descubrió que la mayoría de las casas donde vivían gatos tienen en promedio 22,2 grados Celsius, 8 grados por debajo de la temperatura mínima termoneutral de un gato doméstico. Podemos decir entonces que para los gatos las cajas son aislantes, les alivian el estrés, son zonas de comodidad, son lugares donde pueden esconderse, relajarse, dormir, y ocasionalmente atacar de manera sorpresiva a los enormes e impredecibles monos con los que vive.
Visto en: Wired