Sabemos desde hace tiempo que las masivas erupciones volcánicas, las cuales expulsan grandes cantidades de ceniza y gases en la atmósfera, pueden bloquear suficiente radiación solar como para tener un efecto de enfriamiento dramático sobre el clima de la Tierra. Por ejemplo, los científicos creen que la explosión de 1815 del Monte Tambora en Indonesia probablemente causó una ola de intenso frío en 1816, lo que se conoció como “El año sin verano”.
Pero ahora, un estudio recién publicado por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts revela que las erupciones volcánicas relativamente pequeñas también pueden mitigar el aumento de la producción de gases de efecto invernadero y así frenar el ritmo del calentamiento global incluso a la mitad. De hecho, el efecto de dicha actividad volcánica puede ayudar a explicar por qué el ritmo del calentamiento ha disminuido en los últimos años, y por qué el nivel real de carbono liberado en la atmósfera no coincide con el pronosticado.
El documento, publicado en la revista Geophysical Review Letters, se centró en el efecto de las partículas de aerosol que son bombeadas a la atmósfera. Los científicos utilizaron globos, radares láser y mediciones en terreno para calcular el impacto. Se descubrió que en los últimos 15 años, cerca de una docena de erupciones de pequeño tamaño en todo el mundo podrían haber reducido las secuelas de las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente 0,005 a 0,12 ºC. Durante el mismo período, la tasa de calentamiento global se ha desacelerado, aunque las temperaturas superficiales han seguido aumentando.
Las erupciones volcánicas arrojan dióxido de azufre, el que forma en la atmósfera pequeñas gotas de ácido sulfúrico, también conocidas como aerosoles volcánicos, las que pueden bloquear la luz del sol. Aunque estudios previos ya habían señalado el efecto de los pequeños volcanes, este nuevo informe reveló que el efecto sería aún más grande de lo que se pensaba.
Visto en: Discovery