Por Romina Bevilacqua
4 enero, 2015

La industria de la ganadería a nivel mundial produce más gases que contribuyen al efecto invernadero que los servicios de transporte. Sin embargo, el miedo a una fuerte reacción por parte de los consumidores detiene las posibles acciones que se puedan tomar al respecto, comenta un informe de la organización Chatam House. Según el estudio, reducir el gran y creciente apetito que tiene la población mundial por la carne sería esencial para evitar las devastadoras consecuencias del cambio climático. Sin embargo, los gobiernos y los activistas no han tomado ninguna decisión al respecto debido al miedo de la fuerte reacción que puedan tener los consumidores.

La industria ganadera mundial produce más gases que contribuyen al efecto invernadero que todos los automóviles, aviones, trenes y barcos juntos. A pesar de esto, una reciente encuesta reveló que el número de personas que cree que los medios de transporte son los mayores culpables del calentamiento global se ha doblado.  “Prevenir el catastrófico calentamiento depende de reducir el consumo de carnes y lácteos, pero la población mundial no está haciendo mucho al respecto”, comenta Rob Bailey, el autor principal del estudio antes mencionado. “Se han tomado bastantes medidas en temas tales como la deforestación y el transporte, pero tenemos un gran vacío en el área de la ganadería. Existe mucha reticencia a la hora de generar medidas debido a la creencia que ni el gobierno ni la sociedad civil debiesen involucrarse en la vida de las personas ni decirles que comer”.

El reciente e importante informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, descubrió que un cambio en la dieta podía “disminuir de manera considerable” las emisiones de gases. Sin embargo, la ONU no ha diseñado ningún plan para abordar esta meta.

Las llamadas previas a dejar de consumir tanta carne realizadas por el jefe del panel de ciencia climática o el economista Lord Stern han sido poco comunes y bastante controversiales. Otros científicos han propuesto añadirle un impuesto a la carne para reducir su consumo, pero el reporte concluye que mantener los niveles de consumo de cárneos recomendados por las autoridades de salud no sólo reduciría los niveles de emisiones sino que también las posibilidades de padecer de enfermedades cardiovasculares y cáncer. “La investigación demuestra que no todos tienen que ser vegetarianos para limitar el calentamiento a 2ºC, el cual es actualmente el objetivo de los gobiernos mundiales”, comentó Bailey

Estos son los países con mayor consumo de carne:

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El reporte toma en cuenta estudios científicos recientes que demuestran que la gran demanda de carne en China y otros países podría llevar el clima mundial al caos. En la actualidad, las emisiones causadas por la ganadería, se deben en su mayoría a los gases producidos por las vacas y ovejas y el estiércol que producen. Esto sería responsable de casi el 15% de las emisiones totales a nivel mundial con sólo la carne de vacuno y los lácteos generando el 65% del total de emisiones producidas por la ganadería.

La demanda por este producto ha ido en aumento a medida que la población mundial tiene más ingresos y se ve en la posibilidad de comprar carne. Se prevee que de aquí a 2050 el consumo de carne habrá aumentado en un 75% y el consumo de lácteos en un 65% comparado con un alza de sólo el 40% en el caso de los cereales. Se espera que de aquí al 2020 sólo China consuma 20 millones de toneladas extras de carnes y lácteos.

Dos recientes estudios calcularon que si no se minimiza esta tendencia, las emisiones causadas por la agricultura llegarán, el año 2050, a generar el máximo de emisiones de carbono esperadas a nivel mundial, siendo la agricultura uno de los mayores culpables. Esto significaría que todas las otras industrias, incluyendo el sector de la energía, las industrias y los medios de transportes, no podrían generar emisiones, algo que se ha descrito previamente como “imposible”. El reporte concluye lo siguiente: “Un cambio en la dieta es esencial si lo que se busca es que el calentamiento global no exceda los 2ºC”.

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La encuesta al consumidor realizada en el reporte, la cual cubría 12 países incluyendo Estados Unidos, China, México, India, Brasil y Europa, descubrió que existía una conexión entre la consciencia que se tenía ante el cambio climático y sus posibles resultados con la voluntad de cambiar el comportamiento. La aceptación que se tenía ante el hecho de que las actividades humanas generaban un cambio climático era mucho más alta en China, India y Brasil que en Estados Unidos, el Reino Unido y Japón.

Bailey comentó que las buenas noticias eran que “la mayoría de la demanda futura parece localizarse en aquellos países (como China y Brasil) que son más abiertos al cambio“. Comentó que era “bastante decepcionante” que en los países desarrollados, donde el consumo de carne y lácteos era mayor, la consciencia del daño que causaba la ganadería y la voluntad de cambiar fuera tan baja.

Brigitte Alarcon, Oficial de Políticas de Alimentación Sustentable en WWF comentó: “Nuestro proyecto ViveBien ha demostrado que podemos reducir las emisiones en un 25% a través de la cadena de abastecimiento de comida Europea comiendo más frutas y verduras y reduciendo nuestro consumo de carne. Los gobiernos a nivel nacional debiesen mejorar la educación alimenticia para promover hábitos de alimentación saludables y una sustentabilidad medioambiental como primer paso”.

Un vocero del gobierno del Reino Unido comentó: “Las emisiones que contribuyen al efecto invernadero se han reducido en más de un 20% desde 1990. Si bien la forma en la que nos alimentamos puede tener un impacto en las emisiones, una agricultura bien manejada puede generar beneficios medioambientales que incluyen el apoyar la biodiversidad”.

Otra encuesta de la alianza Comer Mejor también publicado el pasado Miércoles demuestra que los consumidores del Reino Unido han comenzado a consumir menos carne. Se ha descubierto que un 20% de los habitantes han reducido la cantidad de carne que consumieron el año pasado, con sólo un 5% afirmando que comieron más.

El profesor Keith Richards de la Universidad de Cambridge y otros de los investigadores claves tras estos estudios científicos comentaron: “No se trata de un argumento que promueva el vegetarianismo sino que es un argumento que promueve el consumo de carne en cantidades justas como parte de una dieta saludable y balanceada”.

Visto en: The Guardian

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