Por Romina Bevilacqua
26 diciembre, 2014

Cuando una ciudad incorpora la infraestructura natural en su planificación, se convierte en una realidad en forma de árboles urbanos, humedales y cuencas hidrográficas, esto ayuda a reducir los contaminantes y proporciona protección contra tormentas y huracanes. Esta estrategia resulta tan exitosa que la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos aprobó una resolución que alienta a sus 1.400 miembros a construir lugares verdes para combatir el cambio climático.

Filadelfia, por ejemplo, ya está utilizando la infraestructura verde para solucionar sus problemas con el agua que provienen de las tormentas. Los estacionamientos, los techos, los parques de juego y las escotillas de las calles de la ciudad quedan inundadas con aguas negras que liberan patógenos, desechos y contaminantes, esto hace que los ríos no sean seguros para las personas que quieran nadar en ellos o para los que quieran navegar en su bote. El agua de las tormentas también inunda las riberas arrancando la vegetación, lo que altera el hábitat de los peces y los insectos.

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La ciudad ha diseñado y construido calles porosas y canchas de baloncesto hechas de un material permeable que permite el paso de agua a través de la superficie hasta un depósito de piedra. También cuenta con algunas trincheras, jardines de lluvia y otros elementos naturales que actúan como una esponja para frenar el flujo de agua de lluvia de las alcantarillas.

Nueva York y San José son algunas de las otras ciudades con planes de infraestructuras verdes. Washington, DC, está considerando invertir 90 millones de dólares en su proyecto de limpieza de ríos Clean Rivers que eliminará los túneles de hormigón donde el agua fluvial y las residuales comparte un sistema de drenaje, estos túneles serán reemplazados por plantas que cumplen también con la función de drenaje, jardines de lluvia y techos verdes que ayuden a capturar limpiar y reducir la velocidad del agua de lluvia antes de que esta entre al sistema de alcantarillado.

El proyecto Clean Rivers aprovecha las fortalezas de la ciudad y la naturaleza“, dijo Bethany Bezak, gerente de DC Water y de proyectos de infraestructura de alcantarillados. La infraestructura verde puede hacer que las ciudades sean más resistentes a los efectos del cambio climático. El espacio verde adicional puede ayudar a que las temperaturas de aire urbano sean más bajas además de mejorar la calidad del aire.

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“En algunos casos la infraestructura verde puede ser muy costosa, pero esta añade valor al proyecto”, dijo Laura Huffman, directora estatal del conservatorio de naturaleza en Texas. “Por la misma cantidad de dinero, podrían ser capaz de resolver un problema de infraestructura importante, pero también proteger o limpiar un río, o crear un espacio abierto que los ciudadanos valorarán más”.

Visto en: Take Part