Por Romina Bevilacqua
13 noviembre, 2014

El agua embotellada ya no es bienvenida en San Francisco. La Ciudad de la Bahía anotó este año otro logro medioambiental más cuando los legisladores locales votaron de forma unánime el fin de la venta y distribución de agua envasada en botellas de plástico en propiedades municipales –una movida que significa que la ciudad estará más cerca de su meta de sacar todos sus desperdicios de vertederos o de la incineración para el año 2020–.

La prohibición de ventas lleva a San Francisco un paso más allá de lo que el antiguo alcalde Gavin Newsom había logrado en el 2007, cuando dio una orden ejecutiva de prohibir la compra de agua embotellada con fondos de la ciudad. Si bien ya son seis los estados y por lo menos 140 otras ciudades de Estados Unidos como Seattle, que han dejado de comprar oficialmente agua embotellada con fondos municipales –y otros tantos que han prohibido el uso de bolsas plásticas–, San Francisco es la primera ciudad más grande en prohibir a los vendedores de sus propiedades que vendan este ítem.

La ciudad estima que tan solo los habitantes de San Francisco venden decenas de millones de botellas plásticas (con un solo uso) a empresas de reciclaje o vertederos todos los años. Más del 75% de los 50 billones de botellas plásticas de agua consumidas por los estadounidenses cada año – 167 por persona – no son recicladas, según Fast Company.

Plastic-Bottles

“Dado que los habitantes de San Francisco tienen acceso a agua limpia y sin costos desde la llave, necesitamos dejar nuestra adicción a las botellas plásticas de agua”, dijo David Chiu, el supervisor del condado quien introdujo la orden. “La industria de botellas de agua gasta millones de dólares en socavar la fe del público en el agua de la llave”, dijo Lauren DeRusha, una organizadora en conjunto con Corporate Accountability International, cuya organización trabajó con la ciudad de San Francisco en la legislación como parte de una campaña nacional para proteger los sistemas públicos de agua.

La legislación –la cual se aplica a botellas de medio litro o menos– se hizo oficial a fines de marzo cuando el Alcalde Ed Lee  la firmó y no será retroactiva, sino solo para los nuevos permisos concedidos por la ciudad. Se harán excepciones para eventos en áreas con acceso restringido a agua pública hasta octubre de 2016.

Carreras y eventos deportivos públicos siempre estarán eximidos, ya que son circunstancias especiales donde la salud y seguridad pública son lo principal. Esta noticia de San Francisco es parte de un movimiento cada vez más grande que busca prohibir las botellas de plástico. Colorado, Connecticut, Illinois, Maryland, Nueva York y Vermont han prohibido el uso de botellas de plástico de agua individuales. En enero de 2013, la ciudad de Concord, Massachusetts, dejó de vender botellas de agua de 900 ml o más pequeñas dentro de los límites de la ciudad y docenas de escuelas y universidades se deshicieron de las botellas en sus tiendas y máquinas expendedoras.

Por otro lado, parques nacionales de los Estados Unidos, como Mount Rainier en el estado de Washington, también se están sumando a la causa. Catorce ya han promulgado prohibiciones, dice DeRusha, quien trabaja en un esfuerzo nacional en conjunto con Corporate Accountability International. No es sorprendente entonces que un grupo industrial expresara su oposición a la ordenanza de San Francisco. “El agua es buena para las personas y las personas son quienes deberían elegir cómo la beben, ya sea de la llave, de una fuente, o de un contenedor reciclable”, dijo la Asociación Estadounidense de Bebidas en una declaración.

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