Por Romina Bevilacqua
11 septiembre, 2014

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¿Qué se te viene a la mente antes de botar una cáscara de plátano? Probablemente no pensarás en usarla para reducir la contaminación de los derivados de petróleo y crear un bioplástico, sin embargo esto es exactamente lo que Elif Bilgin quería lograr.

Elif es una adolescente de 16 años que vive en Turquía y ganadora del premio de 2013 de Ciencia en Acción, la tercera competencia anual de Google por USD$50.000. Para llegar ahí, Elif se centró en la necesidad de buscar alternativas amigables con el medio ambiente con recursos prácticos y cáscaras de banana fáciles de conseguir.

Elif, siendo una científica compasiva y motivada, sentía la necesidad de encontrar una alternativa a los plásticos derivados del petróleo para beneficiar al medio ambiente. En su diario menciona que Tailandia deshecha 200 toneladas de cáscaras de plátano cada día, por lo tanto los almidones y la celulosa que son tan importantes para la producción de plástico podrían ser usados de una mejor manera. A través de su investigación descubrió que las cáscaras de las papas y los mangos ya eran usadas comúnmente, por lo que comenzó a experimentar en el Colegio Koc, en Turquía.

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Durante un período de dos años sus experimentos con las cáscaras de las bananas muchas veces terminaban en resultados decepcionantes: pero 10 experimentos fallidos que crearon plástico que no era suficientemente fuerte o que se deterioraba muy fácilmente no fueron capaces de detenerla. Impulsada por la determinación de científicos del pasado, comentó: “Incluso Thomas Edison dijo ‘No he fallado. Sólo he descubierto 10.000 métodos que no funcionan'”. Su persistencia la llevó a triunfar en sus dos últimos experimentos, que crearon plásticos que poseían las características que ella buscaba.

Su eficiente método al usar las cáscaras de plátano fue bien documentado en sus entradas online de su diario científico, donde muestra de manera sencilla cómo con poco equipo, algunos ingredientes plastificadores y el almidón de las cáscaras de plátano, es posible crear un plástico que retiene la calidad y la estructura a largo plazo. Elif espera que el bioplástico será usado para reemplazar parte del plástico derivado de petróleo que se utiliza hoy en día para aislar cables eléctricos o para las prótesis cosméticas entre otros usos.

Con sueños de estudiar medicina, su futuro le depara grandes logros. Elif continuará compitiendo como finalista de la Feria Científica de Google en la categoría de 15-16 años y volará, junto a 14 otros competidores, al campus de la compañía en Mountain View, California.

Mentes brillantes de diversas edades continúan descubriendo métodos alternativos para conseguir energía sustentable, pero la pregunta es, ¿Quién decidirá aplicar estos prácticos descubrimientos?

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