Por Gustavo Aldunate
12 agosto, 2014

Siempre es un placer cuando los estudios científicos confirman las opiniones que has tenido desde hace mucho tiempo, especialmente cuando lo que piensas va en contra de todo el conocimiento convencional.

Por ejemplo, ¿quién habría pensado que los éclairs de chocolate y los brownies triples con salsa de caramelo contenían, de hecho, menos calorías que un vaso de 12 onzas de leche descremada?

Bueno, para ser sinceros, inventé el dato de los éclairs.

Pero aquí hay una investigación académica – de buena fe – que me emociona de la misma forma que esos datos: Usar bicicleta como medio de transporte parece ayudar más a perder peso y promover la salud que ejercitarte en el gimnasio.

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Esto significa que puedo darle menos tiempo a hacer rutinas que adormecen mi mente en el gimnasio – y más tiempo a sonreír mientras voy en bicicleta al trabajo, a comprar, y a eventos sociales. Tal como siempre lo pensé.

Pero no me creas a mí. De acuerdo al epidemiólogo australiano Takemi Sugimaya, autor principal de un reciente estudio publicado en la revista Americana de Medicina Preventiva, “Conmutar es un comportamiento de salud relevante para aquellos que no son lo suficientemente activos en su tiempo libre.”

Analizando la investigación, el Servicio de Noticias de Comportamiento de Salud dice que “puede ser más realista el acumular actividad física a través del transporte activo que añadiendo ejercicio a lo que hagas en tu tiempo libre.”

Este estudio de cuatro años en 822 adultos reveló que las personas conmutando hacia su trabajo en auto subieron de peso, en promedio, más que los que no lo hicieron en auto. Incluso considerando que hicieran ejercicio en forma regular.

Los autores del estudio recomiendan crear más instancias para que todos caminen o vayan en bicicleta al trabajo.

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Un estudio anterior llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la  Universidad de Sydney, publicado en Obesity Reviews (la revista de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad) apoya la tesis de que el ejercicio realizado en el tiempo libre no es suficiente para prevenir la obesidad. Se recomiendan entre sesenta y noventa minutos de actividad física diaria para frenar a curva de la obesidad, lo cual es más tiempo del que la mayoría de las personas pueden dejar libre dentro de sus ocupadas agendas. Es por esto que los autores del estudio recomiendan hacer un “uso activo del transporte”, tal como andar en bicicleta y caminar para conmutar otros viajes comunes (como ir al supermercado). Un artículo del 2007 en la Revista Europea de Epidemiología concluye, “La actividad física realizada para conmutar, independiente de la actividad física realizada en el tiempo libre, fue asociada con un nivel más sano de la mayoría de los factores de riesgo cardiovascular.”

La ventaja clave de viajar en bicicleta por sobre ejercitarse en un gimnasio es que la mayoría de las personas encuentran que es mucho más fácil de hacer. En vez de hacer competir el poco tiempo libre que tenemos con otras actividades más importantes y entretenidas, el ejercicio se vuelve parte de algo que hacemos naturalmente en nuestra rutina diaria. Tal como lo muestra un estudio publicado en la Revista de Políticas Públicas de Salud, escrito por la profesora Jennifer Dill de la Universidad Estatal de Portland, el 60 por ciento de los ciclistas de Portland andan en bicicleta al menos 150 minutos por semana (el mínimo ejercicio recomendado para los adultos) y que “casi todo el uso de la bicicleta fue para propósitos utilitarios, y no para ejercitarse.”

Más aún, “una porción desproporcionada del ciclismo ocurrió en calles con vías para bicicletas, ciclovías separadas, o boulevards para bicicletas” – confirmando así la importancia que tienen la infraestructura para bicicletas para la mejoría de la salud pública.

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En mi opinión, toda esta investigación sugiere que si ando mucho en bicicleta para transportarme a diario podré a veces saltarme la leche descremada y escoger los brownies, y quizás ahorraré tanto al no usar el automóvil que podré tomarme unas buenas vacaciones y aportar con mi pensión de jubilación.

Jay Walljasper escribe, habla y es consultor, de forma muy frecuente, sobre ciclismo y otras formas de mejorar nuestras comunidades.

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