Por Teresa Hechem
24 abril, 2015

“Estoy tratando de ser la mejor madre del mundo y espero que te sientas orgulloso de mí”.

Anne Dewhurst nos relató un momento importante en su vida y cómo esto le ha influido a lo largo de esta. Todo comenzó cuando ella se sentó junto a su padre en el sillón y se tomaron las manos. Él estaba muriendo y le dijo que cualquier cosa que hiciera en la vida, lo realizara de la mejor manera posible y ella se lo prometió. 

Ambos sabían que lo más probable es que ese sería el último día que estarían juntos. Y, fueron afortunados al tener ese momento ya que no muchas personas pueden despedirse de sus seres queridos. 

Ella consideraba a su padre como su héroe y lamentablemente falleció a los 54 años por cáncer. Pero Dewhurst no olvidó la promesa que le hizo a su amado padre. Se esforzó estudiando, se graduó de la universidad, se casó y tuvo a un bebé. Le hubiera encantado que su padre estuviera para presenciar todos esos momentos, porque se habría sentido muy orgulloso de ella. 

A medida de que pasaban los años, Dewhurst se fue dando cuenta de que su máximo logro era ser madre de una pequeña con capacidades especiales. Ha sido su máximo desafío pero al mismo tiempo la bendición más grande de su vida. Reconoce que ha cometido errores, pero que siempre está tratando de hacer lo que sea mejor.

Siempre apreciará el tiempo que estuvo con su padre y espera que donde quiera que él esté, su papá sepa que ella está tratando de ser la mejor madre del mundo y se sienta orgulloso de eso. 

Siempre lo tendrá en su corazón.

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