Los detalles hablan maravillas del trabajo de los artistas y éste se ganó el premio al más meticuloso.
Hace siete años le dieron una pequeña caja de anillo al artista canadiense Talwst, por parte de un vendedor callejero que le dijo: “quiero ver lo que haces con esto”. Para Talwst no fue difícil imaginar qué haría, así que colocó una figura en miniatura que emergía de un pequeño paisaje marino y desde entonces, ha creado decenas de escenas inspiradas en la cultura pop, eventos actuales y las experiencias cotidianas.
Para él es algo muy divertido porque le “gusta capturar recuerdos y momentos fugaces”. Desde entonces comenzó una cacería por cajas de anillos en los mercados de antigüedades: “quiero que el espectador al abrir la caja sienta que ha sido transportado a otro mundo”.