Por Teresa Hechem
16 abril, 2015

Este proyecto los beneficia a todos.

Los alumnos universitarios viven gratis y a cambio tienen que compartir al menos 30 horas mensuales con alguno de los 160 ancianos del hogar en Deventer, ubicado al Este de Holanda. El objetivo es que las personas mayores no se aíslen de la sociedad y tengan con quien pasar algunas horas de sus días. 

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Los estudiantes les preparan cenas simples a los mayores y en la tarde les ofrecen actividades de sus gustos. Por ejemplo, Jordi llevó a un grupo de personas mayores al jardín y les dio pinturas para que hicieran sus propios graffitis. Otro caso es Jurrien, quien le enseña a Anton Groot de 85 años a usar el computador. “Ahora puedo enviar emails, navegar en internet, ver videos e ingresar a Facebook”, cuenta entusiasmado Groot. Jurrien comenta que con pequeñas cosas pueden ayudar mucho a mejorarle el estado de ánimo a los ancianos.

Por otro lado, los estudiantes se sienten felices ayudando a sus compañeros de pieza. Además, comentan que tienen un espacio amplio y las reglas no son estrictas. Pueden invitar a amigos y no tienen una hora de llegada que deban cumplir. Solo deben ser criteriosos. 

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Esta iniciativa es muy buena para ambas partes, ya que los estudiantes pueden ahorrarse el alquiler y los ancianos sentirse acompañados y mantenerse con actividades entretenidas. ¡Todo un ejemplo a seguir! 

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