Por Rafael Herrera
12 marzo, 2015

Si te han dicho que no te hagas sonar los nudillos o el cuello, aquí tienes un porqué.

Si desde que eras pequeño no podías parar de hacer crujir tus articulaciones y tu familia te advertía que estas se te iban a caer… O te regañaban constantemente por el odioso ruido que generaba tu obsesión, este video te abrirá los ojos:

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Tranquilo, ahora sabes que podrás hacer eso tan reconfortante sin preocuparte demasiado. Aunque claro, intenta no molestar al resto cuando lo hagas.

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