Un sándwich casero nunca había sido tan gourmet y delicioso. Todo lo amargo del queso brie, amortiguado con el dulzor de la cebolla caramelizada le darán a tu paladar unos momentos de felicidad garantizada.
Porciones: 2 sandwiches
Tiempo de preparación: 20 minutos
Ingredientes:
1 cebolla morada, rebanada finamente
3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen, separadas
½ taza de tomates cherry
85 gramos de prosciutto rebanado finamente
9 pedazos delgados de queso brie
½ taza de rúcula
½ hogaza de pan ciabatta, cortada a lo largo
Preparación:
Coloca la cebolla rebanada con 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén y cocina en fuego bajo por una hora, quizás más, hasta que estén caramelizadas y blandas. Me puse un poco impaciente con las mías y quedaron más crujientes de lo que planeaba. Pero está bien. Siguen teniendo una textura deliciosa.
Deja los tomates en un poco de papel aluminio dentro de una bandeja de hornear con bordes. Mételos al horno por algunos minutos hasta que comiencen a marchitarse y partirse.
¡Deja el horno encendido porque la usaremos nuevamente en un segundo!
Cepilla con lo que quede de aceite sobre el pan ciabatta y tuesta ligeramente (ya sea en el horno, ¡siempre vigilando! O en una tostadora. Tú eliges.)
Luego preparas el sándwich. Sobre una mitad haz una capa de cebollas, otra de rúcula, tiras de prosciutto y trozos de queso brie.
Ahora, deja los sándwiches en el horno sólo por unos minutos, hasta que el Brie comience a derretirse y esté tan glorioso como para que te den ganas de metértelo a la boca, sin importan quemarte.
Finalmente, introduce los tomates al sándwich y sirve.
Le puse un poco de albahaca a los mío y quedo di-vi-no.
Todas las fotografías pertenecen a Bev cooks