Con dos años de edad, Emma quería jugar con bloques, pero una enfermedad llamada artrogriposis le impedía mover los brazos. Así que los investigadores de un hospital de Delaware, EEUU imprimieron un exoesqueleto durable 3D con las pequeñas piezas pequeñas que ella necesitaba.
httpv://youtu.be/b1pYbqzA0lw