Por Candela Duato
18 octubre, 2014

Solía preguntarme cómo dejar ir las cosas que te hacen daño. Cómo decides entre “si las cosas están destinadas a ser, serán” y “si quieres algo ve por ello”.

Creo que nos aferramos tanto a las cosas que no son para nosotros porque en cierto nivel sabemos que no son para nosotros. Siempre buscamos el amor que sabemos no tenemos. Siempre tratamos de probar las cosas que no son completamente evidentes.

Cuando lo único que existe es una idea, aferrarse a ella es la única forma de quedártela. Porque dejar las cosas ir tiene muy poco que ver con darle permiso a alguien para que se vaya de nuestras vidas. O decir abiertamente que ya no nos aman. Todo tiene que ver con aceptar que ya lo han hecho.

No sé acerca del destino. Lo que sí sé es que las cosas que no son nuestras no requieren que nos colguemos de ellas mental y emocionalmente para seguir existiendo. Que las mejores cosas nunca son forzadas. Nunca son creadas con un ultimátum. Nunca nos dejan pensando en ellas por meses o años.

Sé que no puedes probar cuánto amas por cuánto sufres por una pérdida. Que no puedes probar tu carácter intentando convencer a otras personas de que estás haciendo lo correcto.

Y sé que el amor nunca es el que te hace daño, es el apego a una idea. Sé que nunca vamos a ser capaces de encontrar amor real a menos que aprendamos a separarnos de lo que debería ser. Sé que nunca vamos a encontrar la felicidad real hasta que hagamos lo mismo. Sé que nada dura aquí, y que la idea de que sí es una ilusión –eventualmente perdemos todo, hasta la última cosa que tenemos, somos y poseemos.

Así que el punto no es lo que perdemos, sino lo que teníamos en primer lugar. No estamos destinados a conseguir cosas como una lista en un currículum. Debemos pasar por ciertos momentos, y dejar que nos pasen.

Algunos amores nos enseñan lo que tienen que enseñarnos en un mes. Otros en una vida. Ninguno es más importante que el otro.

Las cosas que están hechas para nosotros son las cosas que nos fuerzan a dejar de buscar una luz que nos ilumine. Nos ayudan a ser nuestra propia luz. Las cosas que están hechas para nosotros son difíciles, alegres, hermosas e insoportables. Son las cosas en las que no pensamos.

Las cosas a las que no nos tenemos que aferrar tanto para que ocurran.

Original.