Por Teresa Donoso
14 septiembre, 2014

Este artículo fue redactado por Aaron Gouveia, padre, escritor y fundador de daddyfiles.com.

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Cuando se trata de lidiar con mujeres embarazadas no soy un experto. Ni siquiera sé todavía cómo entender a las mujeres en general. De hecho, soy la antítesis de un experto. Afortunadamente para ti, he cometido casi todos los errores estúpidos y he metido la pata tanto durante los embarazos de mi esposa, que estoy sobre calificado para hablarte de las cosas que necesitas saber, para evitar pasar un momento embarazoso con las embarazadas.

Aquí están las 13 cosas más importantes que deberías recordar.

1. Aliméntala constantemente.

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Todos saben que la comida es importante para las mujeres embarazadas. Pero los que no han sido iniciados no se dan cuenta de que el tiempo es esencial. En el fondo, cuando ella dice que tiene hambre, en verdad quiere decir eso. Alimenta a esa mujer inmediatamente o ella te va a comer tu propia cara. Tienes que saber que “Tengo hambre” no significa que ella está esperando por la cena que será en una hora más. Significa que le tienes que dar un refrigerio antes de que se vayan al restaurante. Y otro más cuando se suban al auto. Fallar en producir prontamente los refrigerios va a resultar en una serie de quejas interminables, en el mejor de los casos, y en heridas corporales, en el peor de ellos. Debes transformarte en una máquina dispensadora de refrigerios durante nueve meses y todo saldrá bien.


2. Comida: Lo que es tuyo es de ella, lo que es de ella está fuera de tu alcance.

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Hay una Buena posibilidad de que hayan estado casados o juntos por un par de años, así que es perfectamente comprensible que hayas comprado todo eso de estar juntos y compartir una vida, etc. Y, a pesar de que algunas de esas cosas todavía se aplican, todo se acaba cuando se trata de comida. Si comes algo que le pertenece a ella (o comida que compraste para ti, pero que de alguna forma ella ha reclamado para sí misma) ella te va a hacer daño. No físicamente, tal vez, pero para cuando ella haya terminado de torturarte, vas a desear haber sufrido una herida de cuchillo. Una vez me comí un chocolate de MJ y cuando ella lo fue a buscar porque sentía antojos y vio que ya no estaba, se volvió loca de rabia y esa fue una de las cosas que más me han asustado en toda la vida. Así que, simplemente, no lo hagan.


3. Prepárate a subir de peso.

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¿Te das cuenta de cómo todos los temas involucran la comida? No es por error. Al final, en algún momento, ella tendrá antojos. Cuando MJ estaba embarazada de Will, quería pizza, Kit Kats y uvas. La segunda vez, lo único que quería era ensalada de frutas. Pero sin importar cuál sea el antojo, uno de los efectos secundarios no mencionados del embarazo es TU subida de peso. Sí, los hombres suben de peso también. Principalmente debido a que participamos inevitablemente de los antojos de nuestras parejas y toda esa comida chatarra extra trae como consecuencia un neumático de más. Yo subí 13 kilos durante el embarazo de MJ hace cinco años, sólo una sombra comparado con todo lo que subió ella –¡CON EL BEBÉ! Así que cuidado con lo que piensas.


4. No comentes cuán grande se está poniendo.

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A pesar de mis hábitos deportivos de Boston, soy una persona lo suficientemente lógica. Yo sabía que MJ estaba embarazada y que las mujeres en esa condición suben de peso. Por eso pensé que no tenía nada de malo comentar acerca del estómago, tiernamente inflado de mi esposa. En mi cabeza, era sólo un progreso natural que seguía su curso, y no había nada más hermoso. Pero después de las dos o tres primeras veces que lo dije, ella se enfureció. “¡DEJA DE DECIRME QUE ESTOY GORDA! ¡YA SÉ QUE ESTOY GORDA! ¡¡NO NECESITO QUE ME LO DIGAS!! No importaba que en mis ojos ella se viera más hermosa que nunca, o que se SUPONÍA que ella debía subir de peso. Lo que me lleva a mi siguiente punto….


5. El “cerebro de embarazo” es algo muy real.

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Ya sé que suena como un término creado por los medios, pero no lo es. El Cerebro de embarazo es legítimo. Comienza con cosas de todos los días, como buscar sus anteojos mientras los tiene puestos en su cabeza, lo que es un poco adorable. Pero muy pronto se transforma en cosas como dejar la puerta del sótano abierta en un clima de 5 grados y congelar el primer piso completo de la casa, mientras que al mismo tiempo nos deja vulnerables para que entren a robar. Irónicamente, recién le pregunté a MJ si me podía dar más ejemplos de cerebro de embarazo y no pudo, porque no se acordaba de ninguno.


6. Adiós al sentido del humor.

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La buena noticia es: ella va a tener un bebé. ¿La mala noticia? No había suficiente espacio para el bebé y tu sentido del humor. Si eres un tipo que se pasa de listo como yo, esto es un problema, debido a que yo demuestro mi cariño hablando estupideces. Desafortunadamente, mi esposa embarazada no aprecia mi especial sentido del humor cuando está esperando a nuestro pequeño parásito en su estómago. Las consecuencias a menudo son que yo disparo algo (que yo considero hermosamente cómico), y no sólo llega a oídos sordos, sino que a oídos potencialmente asesinos. Ya te he advertido.


7. Dile adiós a tener relaciones, también.

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Escúchame con atención –estás a punto de sentirte sexualmente frustrado. El primer trimestre es lejos el peor. Se trata sólo de ella tratando de no vomitar por las mañanas (y algunas veces en la noche), así que si te sientes poco amado y acumulado, ni siquiera queda registrado. Lo único bueno es que tendrás relaciones dos veces durante el embarazo. Tendrás una ventana de una a dos semanas  durante el segundo trimestre, donde su libido va a regresar. Disfrútalo, porque no va a volver a suceder hasta que el embarazo esté muy avanzado. Casi al final, ella estará tan desesperada por tener al bebé, que te usará con la esperanza de que tener relaciones gatille el parto. Es un poco incómodo, pero después de una sequía va ser un alivio –siempre y cuando su fuente no se rompa justo en ese instante.


8. Sí, sus pechos se agrandan; no, no puedes tocarlos.

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Como ya estamos en el tema del sexo, déjame contarte uno de los trucos más crueles de la naturaleza. Cuando una mujer está esperando un niño, es algo hermoso. Ese “brillo de embarazada” que siempre oíste mencionar es real, y hace maravillas por su pelo, sus uñas y –sus pechos. A se transforma en C, B se transforma en D, y C se convierte en ¡aleluya gracias Jesús! Se hinchan de manera gigantesca, literalmente rompiendo todos los sostenes en sus costuras y resaltando su pecho como si fuera de Playboy. El único problema es que no se te permite tocarlos. Es como ir a la tienda de mascotas y ver todos esos lindos cachorros detrás del vidrio, y no ser capaz de acariciarlos. Son adorables y quieres llevarlos contigo a casa y tenerlos por siempre, pero si tratas de acariciar sus cachorros ella te va a golpear. Créeme.


9. Vas a ser reemplazado por almohadas.

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¿Gastaste un montón de dinero en un colchón? ¿Compraste almohadas de plumas y cobertores que te hacen sentir que 1.000 ángeles están masajeándote mientras te quedas dormido? Bueno, espero que también hayas invertido en un buen sillón, porque ahí es probablemente donde dormirás por una gran parte del embarazo. Y no se debe al gran espacio que tu esposa embarazada ocupa tampoco. Es por las almohadas. Sip, es verdad. Te vuelves cada vez más irrelevante a medida que el embarazo avanza, pero las 37 almohadas –incluyendo esa olvidada almohada de cuerpo completo- se transforman en compañeros nocturnos de absoluta importancia. Y cuando llegue la hora de empujar, recibirás un empujón hacia el sofá.


10. No la trates como cristal.

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Muchos hombres – yo incluido – nos sentimos muy protectores de nuestras esposas en general. Pero cuando es nuestro bebé el que está creciendo dentro de ellas, ese instinto protector de pronto sube de nivel rápidamente. Yo evito que MJ abra puertas, cargue bolsas de supermercado, levante objetos pesados, etc. Y por la razón que sea, eso le molesta como la peor de las cosas. No es que yo piense que ella no puede arreglárselas sola; es sólo que siento que es más importante mantenerla a salvo, y asegurarme que todo el levantamiento de cosas pesadas se mantenga al mínimo. Y ahí es cuando recibo el grito de “¡NO ESTOY HECHA DE CRISTAL, DEJA DE TRATARME COMO A UNA PRINCESA!”. Bueno, esposos/novios de mujeres embarazadas, están condenados si lo hacen y condenados si no.


11. Las mujeres embarazadas son flojas.

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Este es un tema MUY delicado. Después de todo, ellas llevan vida nueva dentro de ellas. Sus cuerpos están creciendo, estirándose y cambiándose para acomodar a dicha vida. Pero el hecho sigue siendo que las mujeres embarazadas son F-L-O-J-A-S. Por ejemplo, una tendencia perturbadora ha emergido en mis Archivos Parentales durante el segundo embarazo de mi esposa. MJ no sólo ha dejado de lavar los platos, ya ni siquiera intenta dejarlos en el lavaplatos. En lugar de eso, los trae a la cocina y los pone a unos centímetros de distancia del lavaplatos. Más aun, todas las tazas de café están medio llenas y todos los boles tienen un montón de cereal remojado. No me molesta lavar los platos, pero sí me importa un mesón lleno de basura. ¿Cuán difícil es mover los platos vacíos un PAR DE CENTÍMETROS más dentro del lavaplatos?? Pero no puedes quejarte por esto, porque…


12. No puedes quejarte.

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¿Todo lo que he puesto en esta lista? Ni siquiera puedes mencionarlas a tu esposa embarazada. Porque aun si es que ella es floja, no te deja tocar sus pechos, no recuerda nada de nada, y duerme con la gente almohada, haciéndote dormir en el sillón, si sube una gran cantidad de peso, y se come toda tu casa, eso no importa. Ella está embarazada. Está esperando a tu hijo. Lo que significa que tiene la carta ganadora y todas tus quejas son ignoradas. En serio, sólo piensa en quejarte y en cuál sería su respuesta. Algo así como “¿Platos? ¿Te estás quejando de los platos?? Yo estoy creciendo a un ser humano en mi estómago del tamaño de una sandía y que eventualmente voy a tener que expulsar por un orificio del porte de un limón. ¿¡DE QUÉ TE ESTÁS QUEJANDO TÚ!?”

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